"El macrismo va por nuestros símbolos más fuertes: el estado, el trabajo y la organización popular"

 

Carlos Raimundi: "Hay un hilo conductor entre las consecuencias económicas y sociales del gobierno de Macri y los de la dictadura cívico militar"

con las Madres en la Plaza de Mayo

Como cada jueves, el 21 de enero pasado las Madres marcharon en Plaza de Mayo, acompañadas por cientos de personas, incluyendo a estudiantes australianos que realizan un curso de voluntariado en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) y que participaron de la marcha junto a la rectora, Ana Jaramillo.

Luego, en el espacio de "La Hormiguita colorada” hicieron uso de la palabra el dirigente Carlos Raimundi, ex diputado nacional, y la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini.

Raimundi comenzó agradeciendo a las Madres por la invitación y dijo que ante la presencia de las luchadoras del pañuelo blanco, él se sentía "pequeño por la grandeza que tienen”. Luego, se refirió al viaje de Macri a Davos: "Están volviendo a rifar el país, están reunidos con todos los jefes del poder económico mundial para entregar la Argentina, y lo pueden hacer porque el país estaba funcionando”.

Quiero agradecerles muchísimo por haberme invitado y hacer una aclaración previa: yo no manejo las categorías del psicoanálisis, solo he sido paciente en psicoanálisis. Me muevo dentro del campo de la política, por eso les pido tolerancia.

Lo primero que quiero resaltar es el carácter inexorable de la política. La política no puede estar ausente porque se encarga de administrar los bienes públicos. Nosotros podemos estar acá, esta noche hablando de todas estas cosas porque pudimos venir por una calle que alguien trazó. Toda la organización de la sociedad responde a que algunas personas se han ocupado y se ocupan de la cosa pública, la ‘res-pública’.

Y una primera pregunta sería, ¿cómo puede ser que eso que las sociedades necesitan como el aire, que es la administración de lo público, de los bienes sociales, sea una de las actividades más intensamente cuestionadas por estas sociedades que tanto la necesitan? Existen errores y faltas propias de la política, pero también hay intereses para que ese cuestionamiento ocurra. No es una cuestión ingenua.

En segundo lugar, venimos presenciando en estos últimos años la enajenación de la política, insisto, enajenación dicho en términos corrientes y no en términos técnicos. Esto es, cómo ha avanzado el poder de los mercados sobre la política. Cuando analizamos el volumen de recursos con que cuentan los Estados -que son o deberían ser la expresión de la voluntad popular- y los volúmenes de recursos que manejan los sectores privados, advertimos la diferencia sideral que hay entre unos y otros a favor de los recursos privados; ahí, en esa comparación, se establece también una relación de poder. En este punto, ya no estamos hablando de ideas de la derecha conservadora como una expresión de la política que, en defensa de determinados intereses, trata de administrar lo público a su manera, sino que estamos hablando de cómo los poderes financieros, poderes privados, utilizan lo público como instrumento para beneficiar sus propios intereses. Es decir, hay una transferencia del campo de la política al campo de los mercados.

Podríamos ingresar a la valoración de esta etapa histórica por el canal de acceso de los derechos conquistados, reconquistados, ampliados. Y no es menor, desde luego.

Pero también podemos ingresar desde el corte histórico realizado por Néstor Kirchner desde 2003, y es el que se refiere a haber dado luz a un hecho que por su naturaleza necesitaba seguir oculto: la relación entre política y poder real.

El poder real siempre hizo creer al Pueblo que quien gobernaba era la política. ¿Para qué? Para que ante los fracasos y las crisis sociales provocadas por ese mismo poder, el Pueblo se enfrentara, rechazara y odiara a la política, y no a quienes verdaderamente le dictaban a una política sometida, lo que tenía que hacer.

Néstor Kirchner echó luz a ese proceso, lo puso en evidencia.