Así calificó el diputado nacional por Nuevo Encuentro a lo resuelto por el máximo tribunal de declarar inaplicables varios artículos de la reforma judicial y a dejar firme la medida cautelar que frenó la restitución al Estado Nacional del predio ferial de Palermo vendido a la Sociedad Rural Argentina a precio vil en la década del 90.

 En este sentido, Carlos Raimundi expresó que “la negación a divulgar sus declaraciones juradas a los ciudadanos y el manejo de los nombramientos en franca contradicción con la ley que acaba de aprobarse de ingreso al poder judicial abierto a todos y todas, son una clara muestra de que mantienen su posición de casta superior al resto de los mortales y que, además, están dispuestos a enfrentar a los poderes democráticos”.

 El legislador señaló también que el fallo favorable a los intereses de la Sociedad Rural “va en la misma dirección en cuanto a arrodillarse frente a un grupo económico e ignorar los límites puestos por el Congreso de la Nación a las medidas cautelares”.

 "Vamos a seguir luchando y militando para democratizar la Justicia", destacó Raimundi, "pero no alcanza con la formalidad institucional del poder ejecutivo y el legislativo si no se la acompaña con una toma de conciencia y movilización muy profunda de las mayorías populares”.

 “Dejando a salvo la dignidad de aquellos jueces verdaderamente independientes, si algunos jueces de la Corte quieren gobernar en lugar del gobierno y el Parlamento votados, tienen que formar un partido político y presentarse a elecciones”, concluyó el diputado Raimundi.

Nunca columnistas y políticos profesionales –en este caso opositores- han abogado tanto por un clima de diálogo y tolerancia, en contra de los enfrentamientos estériles y de una supuesta “crispación social”. Y nunca han prostituido tanto la idea con su propia palabra. Dicen aberraciones sin límite profesional o ético alguno, y encima se quejan de falta de libertad de expresión, y de que el gobierno los amedrenta. Veamos.

El editorial de La Nación, en su edición impresa del 27 de mayo, titulada “1933”, compara al gobierno argentino con el de Hitler. Entre otras cosas, dice que nuestra Presidente persigue la sincronización de la prensa y promueve el enfrentamiento social. Paradójicamente, es esa misma e incalificable desmesura lo que demuestra que en la Argentina de nuestros días cualquiera dice cualquier cosa y no recibe sanción institucional alguna por ello. Sorprende que desde tamaña comparación se busque la concordia, y evitar la crispación y el enfrentamiento.

"De lo que se trata es de gravar las grandes especulaciones y manipulaciones del mercado, que consiguen ganancias extraordinarias en el término de horas"

"Tenemos una estructura legal hecha a favor del empresario y en contra de la empresa, en contra de la producción"

Entrevista en Radio Madre sobre el impuesto a la renta financiera:


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