por Pedro Lanterialt

Creo que algunas personas ven a las Madres de Plaza de Mayo con un solo ojo. Como cuando se quiere mirar el grado de pureza de un diamante. Las Madres son un diamante pero no se las puede examinar con un solo ojo, ni siquiera con los dos.

El ojo cerrado es el que impide ver a las Madres como las únicas dueñas de lo que supieron conseguir y también de las decisiones soberanas que toman todos los días sobre esos bienes que poseen y que son el amor incondicional a sus hijos revolucionarios, el reclamo constante de juicio y castigo a los genocidas y la socialización de la maternidad.

La Voluntad del Pueblo


Lo más importante es que nuestros compatriotas, nuestras conciuidadanas y conciudadanos, no sientan esta batalla como ajena.

Estamos avanzando, no digo que ya hayamos triunfado, pero sí hemos avanzado muchísimo en la centralidad del debate, en la calidad de los temas que estamos discutiendo, en discutir el poder, en haber desenmascarado a los que durante décadas nos hicieron creer que lo que gobernaba era la política, cuando los que realmente nos gobernaban eran ellos. Ponían y sacaban presidentes, ponían  y sacaban ministros, digitaban lo que los gobiernos debían hacer, y si no, los volteaban.

Todo eso está en el candelero, esta en la superficie. Y no es un problema de otros, es un problema de todas y todos.

Clarín nos dijo como teníamos que pensar, nos fue convenciendo de que los ajustes eran justos, que los golpes no eran tan sangrientos, que no pasaba nada… Y gracias a eso, le abrimos el camino a los grandes grupos de poder, y así, las escuelas no tienen hoy todo lo que tendrían que tener, los hospitales tampoco… Estamos reconstruyéndolos, pero falta, cuesta, y vamos a avanzar mucho más, en la medida en que haya más gente involucrada en este compromiso.

La agenda de los sueños

Buenas tardes a todas y todos. Un compromiso y una alegría poder estar acá, y seguramente vamos a recorrer otros lugares de La Plata.

La plena aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual tiene que ver con que mande la Democracia y no grupos de poder. Este es el motivo principal de nuestra presencia, de nuestro compromiso, de lo que estamos haciendo en todo el país.

Pregunta el periodista respecto de la democratización de los medios.

Raimundi: lo digo con sinceridad, no lo digo despectivamente, sino reflexivamente. Cuando yo veo hoy la actitud de algunos radicales, me apena. Me apena que no se acuerden, o que les sean indiferentes algunos episodios importantes de la historia, ya que hoy estamos viendo cosas muy parecidas. Con la diferencia de  este es un gobierno fuerte, un gobierno que tiene una decisión a fondo y que moviliza a la sociedad, a diferencia de otros momentos. Lo que está haciendo la derecha hoy es lo mismo que hizo siempre, es de manual: crear clima de disgusto en la gente, de malestar; mentir, poner títulos-catástrofe, generar climas para las corridas de depósitos, corridas bancarias, denunciar corrupción con títulos-catástrofe.

EL DISCURSO DEL AMO, RECITADO COMO PROPIO DE BOCA DEL ESCLAVO


La derecha no se aboca a la construcción de sentido a través de la política, sino mediante  otros canales de poder que están dados por su posibilidad –muchas veces de origen económico- para incidir en el curso de las cosas, en el modo de interpretar ese devenir. Posibilidad o poder que proviene de lo que Antonio Gramsci llama “los aparatos ideológicos de las clases dominantes”. Aquellos que, en la mayoría de los procesos históricos latinoamericanos (y en una suerte de “internacional” del poder), la derecha ha manejado desde el dominio o bien la cooptación del Estado, con excepción de los cortos interregnos de flujo popular. Procesos éstos, a los que la derecha supo, también, cooptar o destituir, en la medida que viera lesionados sus intereses con alguna seriedad.
Por Carlos Raimundi*


  1. La derecha ideológica y oligárquica


Ese  sujeto lábil, escurridizo, de fronteras difusas, que da lugar al espacio ideológico cotidiano de “la derecha” o de “las ideas de derecha”, o de “el pensamiento de la derecha” -a que se refiere Ricardo Forster en su trabajo “La derecha y su metamorfosis” publicado en esta misma página- no se dedica a “construir ideología”, esto es, a delinear un conjunto de valores y creencias que moldeen una visión a largo plazo del mundo y de la sociedad. No destinan a ello demasiado tiempo. Es más, hasta podría decirse que muchos de sus integrantes deben pensar para sí, o darlo por supuesto en todo caso, que no les hace falta “perder tiempo” en eso. No porque no necesiten una ideología para vivir, sino porque se encuentran con que esa “Ideología” que necesitan para vivir, está predeterminada, premoldeada, por toda ese despliegue previo de sentido que el poder construye astutamente , con el fin de justificarse, sostenerse, consolidarse y auto-reproducirse. La derecha no se aboca a esa construcción de sentido a través de la política, sino de otros canales de poder, que están dados por su posibilidad –muchas veces de origen económico- para incidir en el curso de las cosas, en el modo de interpretar ese devenir. Posibilidad o poder que proviene, entre otros caminos, de aquellos medios de comunicación surgidos al amparo de los intereses empresarios y corporativos dominantes, o de las instituciones del sistema educativo privado ligado a las más altas elites, de la cúpula de la Iglesia Católica. En definitiva, a través de lo que Antonio Gramsci llama “los aparatos ideológicos de las clases dominantes”. Aquellos que, en la mayoría de los procesos históricos latinoamericanos (y en una suerte de “internacional” del poder), la derecha ha manejado desde el dominio o bien la cooptación del Estado, con excepción de los cortos interregnos de flujo popular. Procesos éstos, a los que la derecha supo, también, cooptar o destituir, en la medida que viera lesionados sus intereses con alguna seriedad.

La reforma constitucional y el contexto sudamericano
Sin aferrarme a ningún dogma ideológico, afirmo que el Imperialismo existe y está plenamente vigente.
Por: Carlos Raimundi

http://tiempo.infonews.com/2012/07/13/editorial-80911-la-reforma-constitucional-y-el-contexto-sudamericano.php

Todas las medidas adoptadas hasta ahora por las economías desarrolladas con la pretensión de paliar su crisis confirman la decisión de persistir en el modelo financiero, que, precisamente, es el causante de la misma. En lugar de dirigirlas al estímulo de sus fuerzas productivas, van al rescate de los bancos, es decir, de quienes nuclean el tráfico de derivados financieros que apresuró el estallido, debido a su desconexión de la economía real.
La insistencia en el desenfreno financiero por parte de los países del Norte, va acompañada de una demanda cada vez mayor de recursos energéticos que no poseen en la medida de sus necesidades, y, por lo tanto, conlleva al control político y militar de zonas estratégicas. La naturaleza misma del modelo los lleva a repetir el ciclo de dominación ilimitadamente, tanto en su sostenimiento en el tiempo como en su inescrupulosidad en cuanto a los medios.
Se trata de un círculo vicioso del cual América Latina no es ajena desde hace cinco siglos, y, en especial, desde nuestro proceso emancipatorio, a principios del siglo XIX. Y que nos costó la sangre de miles de mártires. La diferencia que marca esta primera década del siglo XXI es la confluencia de gobiernos populares, encarnados por liderazgos muy fuertes, dispuestos a cuestionar aquella hegemonía de la dependencia económica, la depredación de los recursos naturales y el tutelaje político-ideológico.
LA ALTERNATIVA SUDAMERICANA.