Sr. Raimundi.- Señora presidenta: a esta altura es muy difícil agregar elementos originales sobre la política energética o sobre la composición social del cuadro tarifario. Prácticamente todo lo que había que decir está dicho, pero quiero hacer algunas reflexiones políticas que sólo me van a demandar un rato.


La primera es la necesidad de una salida legislativa, porque se necesita una norma de alcance general que dé certeza jurídica a cada consumidor para evitar los riesgos y la imprevisibilidad de una salida judicial, que siempre termina siendo individual hasta tanto se llegue a la sentencia definitiva, por lo tanto precaria hasta ese momento, o de una salida por el régimen de excepcionalidad, porque esto volvería a someter a la persona a una política clientelar. Por lo tanto es importante darle una salida legislativa.
En segundo lugar, la presencia y las explicaciones que dio el secretario de Energía, Daniel Cameron, en la reunión del día de ayer de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de ninguna manera alcanzan a explicar y justificar las falencias, la injusticia, la inequidad y la brutalidad de este aumento tarifario.
El tercer punto se refiere a la batalla que se libra por modificar las cosas que tenemos que reformar en la cultura política argentina. Y aquí voy a tomar una línea argumental de un discurso del presidente del bloque oficialista, que plantea que en muchas cosas lo importante es desplazar el eje de la confrontación política, de la lógica de amigo-enemigo, oficialismo-oposición, y poner a toda la política junta interpelando a las corporaciones.
Entonces, es muy grave que el bloque oficialista no siga esa línea argumental en un tema tan sensible para la vida cotidiana de nuestros representados. Si hay algo que altera la vida cotidiana es cuando a la casa de cada uno llega la boleta de la luz o del gas.
Por lo tanto, me parece grave este divorcio entre Parlamento y sociedad, porque debilita a la política en su lucha contra los intereses de las corporaciones.
Esta era la reflexión política que quería hacer. Usted sabe, señora presidenta, que estamos en una batalla para romper esta lógica binaria de oponerse a todo, pero dicha lógica tiene otro término en la ecuación: también es injusto defender todo a como dé lugar. Eso significa priorizar la pertenencia al bloque oficialista, aun cuando muchos legisladores que deberían estar sentados en sus bancas en su íntima convicción saben que es injusto y brutal este tarifazo. Y no lo están, porque precisamente privilegian dicha pertenencia por sobre su relación con la sociedad. Esta es una señal absolutamente negativa, aun cuando su propio presidente señaló que había que poner a la política a interpelar a las corporaciones.
Esta era la reflexión política que quería hacer y no sobre el tema de la energía.