Sr. Raimundi.- Señor presidente: en el mismo sentido en que se han expresado otros señores diputados, el bloque Solidaridad e Igualdad desea apoyar este proyecto.
Simplemente quiero hacer dos brevísimas consideraciones. Pocos días después de perpetrado el golpe en Honduras, con el diputado Emilio García Méndez tuvimos una entrevista con el canciller argentino, el doctor Taiana, para expresarle entre otras cosas nuestra coincidencia con la fuerza que había tenido la posición del gobierno argentino en esta materia. Solamente le expresamos una preocupación, que era cómo encontrar los mecanismos para convertir la política de gobierno en una política de Estado.
Creo que este proyecto, este acuerdo entre todo el pensamiento parlamentario, ayuda en esa dirección. Esto nos pareció importante, porque en algún momento se trató de disimular la gravedad de la situación planteando algunos eufemismos de interpretación constitucional sobre la situación en Honduras, es decir, que los golpistas eran los que defendían la Constitución frente a una eventual violación de la Carta Magna por parte del presidente Zelaya. La cuestión es que sin ningún tipo de eufemismo el presidente Zelaya fue elegido por el voto popular en el año 2006 y el 28 de junio de este año fue sacado a la madrugada de su domicilio por el ejército hondureño –por lo menos, por una parte del ejército-, que lo sacó del país y encarceló a ocho ministros legítimamente constituidos. Ahí no existe ningún eufemismo: es así acá y en la China; antes, ahora y después se llama golpe de Estado, y eso hay que condenarlo con todas las letras.
¿Por qué digo esto? Porque es grave, si es que en algún momento se alzó una voz que relativizó la magnitud del problema de Honduras. No sería tan grave si sólo fuera una voz del ámbito político que plantea un discurso ideológico, porque uno puede confrontarlo. Pero como televidente me tocó ver un famoso y legendario –entre otros  programa de almuerzos, conducido por una figura muy prestigiosa, como es la señora Mirtha Legrand, en el que estaban invitados dirigentes políticos. En esa ocasión la conductora dijo: “¿Qué importa lo que pase en Honduras, si está tan lejos?”.
Ese episodio me parece mucho más grave que el mero mensaje político, porque esta es la gravedad de la sutileza del que comunica desde el mismo lugar del oyente. El otro mensaje ingresa por el intelecto y se puede confrontar con ideas. El problema se presenta cuando estos mensajes van entrando sutilmente desde el sentido común por una hendija en el living de una casa, por supuesto en el caso de que entre en hogares que tienen la suerte de tener living.
Admiro mucho la sutileza en el arte y en algunos deportes o en ciertos aspectos de la vida personal, pero hay que tener cuidado con la sutileza que de a poquito se apropia del sentido común de nuestros pueblos. Hay que tener cuidado con estos nuevos mensajes, que son mucho más sutiles que en el pasado y que son nuevas formas de dar golpes de Estado. Y lo que es más grave aun, son mensajes para que una parte de la sociedad comience a justificar estas nuevas formas de golpe de Estado.