NO AL ESTADO BOBO

La navegación aerocomercial ha dejado tener la rentabilidad de décadas anteriores. Sus beneficios devienen con la integración territorial, el trasporte de cargas, el turismo y los miles de empleos que genera. Por ello, los estados alemán, francés y estadounidense subsidian sus líneas aéreas.

Coincido en el rescate estatal de Aerolíneas, pero una vez que se estatiza no se reprivatiza. Una cosa es apoyar el rol del Estado para adelante, y algo muy distinto sería consentir que el Estado, es decir, los argentinos, nos hagamos cargo de una deuda multimillonaria contraída fraudulentamente por el grupo Marsans, actual dueño de la empresa.

 

Marsans tomó Aerolíneas en 2001 sin erogar dinero: pagó por ella el precio simbólico de "un euro", y fue la SEPI española quien asumió sus pasivos por más de u$ 750 millones. Siete años más tarde, Marsans, que factura anualmente € 5 mil millones y es uno de los principales operadores aéreos de Europa, nos la deja Aerolíneas al borde de la ruina.

El Estado debe discriminar claramente los pasivos operativos habituales, de los contraídos con el fin de vaciar la empresa; debe presentarse para ir a fondo en todos los juzgados nacionales y del exterior, para determinar la responsabilidad patrimonial y penal de Marsans y exigir su reparación. Si no lo hiciera, estaría encubriendo un acuerdo con dicho grupo y/o salvando la responsabilidad de funcionarios estatales que debieron controlar y no lo hicieron.

Otro punto oscuro del acta-acuerdo que se pretende apruebe el Congreso, establece la designación de un tasador por parte del Estado argentino y de otro tasador de la misma jerarquía por parte de Marsans. Mi cuestionamiento apunta a que de ninguna manera, salvo que haya un acuerdo a escondidas, se puede equiparar la legitimidad del Estado que rescata, con el grupo que vacía, a los fines de tasar la empresa.

Siempre fui muy cuidadoso de no utilizar la palabra "quiebra", ya que una cosa es decirlo y otra muy distinta es la realidad, en términos de interrupción de vuelos, discontinuidad laboral y afectación de la marca. Aún cuando no es un tema concluido, la quiebra nos pone en un gran cono de incertidumbre.

En resumen, una oposición propositiva, constructiva y superadora, como la nuestra, no va a presentar un pedido de informes para ver cuánto costó un repuesto, sino que centrará su posición en los siguientes ejes:

1. compartir el rescate estatal de un servicio público de esta magnitud; 2. si se estatiza, no se reprivatiza; 3. discriminación de la deuda contraída fraudulentamente por Marsans y no hacer cargo de ella a los argentinos; 4. jerarquizar al Estado argentino como tasador; 5. inscribir este proceso en un Plan General de Negocios y de Vuelos, dentro de una estrategia integral de trasporte y comunicaciones que hasta ahora ha brillado por su ausencia.

* Diputado Nacional, Bloque SÍ, Solidaridad e Igualdad, miembro de la Comisión de Presupuesto.