"Señora presidenta: voy a fundamentar lo más concisamente posible el apoyo de nuestro bloque al proyecto de reforma de los códigos Civil y Comercial, iniciativa que junto con la ley de medios, probablemente, ha sido una de las más discutidas por la sociedad. Lo que pasa es que, seguramente, tenemos una mirada distinta de lo que representa el debate parlamentario de la que tienen los legisladores que se acaban de retirar.
Cuando el Parlamento está ocupado por una elite, el debate parlamentario y el debate social son distintos: la sociedad discute una cosa y el Parlamento, cerrado, expresando intereses de la corporación política, discute otra. La consecuencia de ello es el hartazgo de la sociedad y la crisis de la política. Ahora bien, cuando el Parlamento está ocupado por militantes, el debate en la sociedad y el debate en el Parlamento tienen una línea de continuidad, porque el militante está inserto en cada una de las organizaciones de la sociedad que dieron ese debate. Entonces, es una misma cosa, un conjunto.
Este debate que estamos dando hoy es la continuidad de las audiencias públicas que expresaron la complejidad y la heterogeneidad de las posiciones de nuestra sociedad. Por eso, ni siquiera es el Código que exprese a la fuerza oficialista. Es el Código que expresa la complejidad de intereses que hay en nuestra sociedad.Por eso, señora presidenta, si yo tuviera la posibilidad de encontrarme con el genio que surge al frotar la lámpara y pedirle un deseo, tal vez redactaría un Código con contenidos, artículos o conceptos distintos a los que contiene este Código que hoy vamos a sancionar. Pero este no puede ser el Código de una sola fuente de pensamiento. Este es un Código que expresa una complejidad de intereses y de fuerzas que hay en nuestra sociedad pero que en líneas generales es de gran avanzada.
¿Cuál es el otro motivo por el cual nosotros no podríamos estar ausentes en este debate? Que esta, como pocas, es una norma de la vida cotidiana. Nosotros hemos debatido y aprobado leyes muy importantes incluso en este momento este Parlamento está debatiendo proyectos de ley muy importantes, como el de hidrocarburos o el de presupuesto , pero todas ellas, siendo importantes y conteniendo cuestiones centrales, siempre necesitan la mediación de la política pública para aplicarse. Pero cuando se trata del Código Civil, estamos hablando de normas que rigen directamente la vida cotidiana.
Este proyecto contempla muchos problemas respecto de los cuales no existía una legislación actualizada, simplificando muchos de ellos. En estos días estuve leyendo algunas críticas, sobre todo de las corporaciones de asociaciones profesionales de abogados y de escribanos, porque al simplificar los trámites judiciales, indudablemente, se están tocando algunos intereses.
Pero de eso se trata, es decir, de dictar un Código que privilegie los derechos de la sociedad por sobre los derechos que históricamente fueron acumulando algunas corporaciones, que hoy expresan legítimamente sus críticas pero que, por suerte, no están expresadas mayoritariamente en este Parlamento, porque aquí hay una representación mayoritaria de otro tipo.
¿Por qué se trata de un hito en términos de avanzar en la calidad institucional de un país? Porque un Código de esta complejidad o amplitud no se reforma todos los días ni todos los años, ni con cada período de gobierno. Aquí estamos actualizando un Código que fue sancionado en 1869, hace casi un siglo y medio, y la sociedad cambió mucho desde ese momento hasta ahora. Todas las fuerzas que interactúan en la sociedad, tanto en lo civil como en lo comercial, han cambiado, y la única reforma integral que tiene data de una dictadura, fue la reforma Borda, de 1968.
Quiere decir que cuando logramos una reforma integral estamos avanzando en calidad institucional en dos sentidos. En el que mencionaba recién, que este código recepta muchas iniciativas legislativas parciales, pero las condensa en un cuerpo con unidad de criterio. Por lo tanto, estamos ante un acto de una profunda calidad institucional.
Quiero mencionar dos o tres puntos finales. Al tratarse de una ley que contempla en sus 2.671 artículos si no me equivoco temas tan complejos, seguramente será objeto de diferentes interpretaciones jurisprudenciales cuando tenga que aplicarse en los tribunales. Por eso en un código, más que en otras leyes, son importantes las inserciones, los fundamentos y también es importante este debate parlamentario, del cual algunos legisladores han escapado, porque al igual que ocurre con otras leyes, el espíritu del legislador también es tomado como fuente del derecho.
De ahí la importancia que hubiera tenido este debate parlamentario, y que van a tener las posteriores intervenciones y las inserciones que todos vamos a hacer, y por eso desde ya solicito permiso para insertar sobre los temas que nuestro bloque Nuevo Encuentro considere pertinentes.
El otro día estaba en una discusión con otros legisladores y les transmitía mi experiencia personal. Cuando converso con mi familia de lo que hago, con mis alumnos en las clases y con mis amigos, en general les digo que estoy muy orgulloso de las leyes que nosotros sancionamos. A nosotros nos ha tocado aprobar leyes históricas, como la recuperación de YPF y el otorgamiento de jerarquía al Banco Central para controlar los dineros públicos. También la ley sobre la Comisión Nacional de Valores, a quien ayer la presidenta solicitó que actúe como autoridad de vigilancia sobre las acciones clandestinas de algunas sociedades de bolsa. Además, la ley sobre el pago soberano de la deuda y la ley de defensa del consumidor.
Tengo la sensación de haber estado presente en momentos que, proyectados en el tiempo, van a tener una importancia histórica. Ahora, yo me pregunto, estos otros legisladores ¿qué les cuentan a sus hijos? ¿Qué les dicen? ¿Que estaban agazapados detrás del cortinado esperando que en la pantalla saliera el número y que cuando el presidente dijera que había quórum entonces venían en manada a hacer todo un montaje de escena –como ya lo han hecho en otras oportunidades- sin debatir ningún programa? Alguien me dijo el otro día -con ingenio- que los únicos programas que podía exhibir la oposición eran los de TN.
Además lo hacen respondiendo a directivas, porque lo que les dicen es: “Hagan ese montaje de escena que nosotros les garantizamos las cámaras”. ¿Este es el rol histórico de un legislador en momentos en que se han debatido y aprobado proyectos fundamentales para cambiar los paradigmas de organización de este país?
Por eso sería mejor que el Código estuviera apoyado por un arco político más amplio. Nuestro país tendría incluso más fuerza para luchar contra las corporaciones si más sectores del arco político asumieran el papel de la autonomía de la política frente a los designios y/o a las órdenes que les dan los poderes fácticos.
Lamentablemente no es así, pero nosotros sí tenemos el orgullo de haber participado de estos debates y de estar fundamentando la aprobación de otra ley histórica como lo es este proyecto unificado de Código Civil y Comercial.
Por estos fundamentos más los que agreguemos en las inserciones es que nuestro bloque con todo orgullo va a acompañar este proyecto histórico.