Intervención del Dip. Carlos Raimundi en la Sesión realizada el día 19.12.07 con motivo de expresar repudio al agravio provocado por el gobierno de los Estados Unidos de América a la Nación Argentina.
Señor presidente: quiero reafirmar la posición política planteada por varios legisladores, como el presidente de nuestro bloque, el diputado Macaluse y los diputados Morandini y Lozano, tratando de sustraernos a presentar el tema desde una lógica excluyente.
De un lado, está la lógica de la operación y, del otro lado, la lógica de la corrupción, como si fueran hechos absolutamente independientes. Creo que estamos frente a una muy buena oportunidad, porque el debate de esta tarde, aún con las diferencias mostradas, ha tenido mucho nivel político e intelectual, presentando buenas actitudes, que no siempre se dan en la Cámara.
Tal vez estemos desaprovechando la oportunidad de plantear ambas cosas desde una lógica integradora. En primer lugar, la lógica de la verdad y, segundo, la lógica de la función docente de la política. N
o me cabe ninguna duda de que hay antecedentes y síntomas de operación. Hace pocos días fue deportado un avión venezolano en el Estado de Beni en la República de Bolivia, bajo la falsa información de que transportaba armas. El remanente de ese vuelo, una vez despegado, fue una valija entrada desde Venezuela con 800 mil dólares. Sintomáticamente, un hecho muy parecido que el que da origen a todo este proceso.
Si los Estados Unidos fueron capaces de poner en vilo a la humanidad, invadiendo otro país, como Irak, cometiendo todos los atropellos y tropelías que cometió, perfectamente está en condiciones de armar una operación como la que se plantea.
Tampoco suscribo la idea romántica, idílica, interesada e ideológica de que los Estados Unidos son el paradigma de la independencia y la transparencia de la Justicia, y muchos menos en el Estado de Florida.
Quien hoy es presidente de ese país surgió después de que 58 días separaran la elección de noviembre y la definición de principios de enero, lo que hizo que, durante ese lapso, Estados Unidos no supiera quién iba a ser su presidente electo. Había una dependencia política del tribunal de la Florida, que tenía que supervisar el recuento de votos en ese Estado y que definía la elección. Se trataba de una cuestión muy ligada al poder político y, además, ese estado era gobernado en ese momento por el hermano del presidente Bush.
Otro signo inapelable de operación política es que si uno de los acusados dice que el señor Wilson cambió de bando, negándose a recibir nada menos que dos millones de dólares, no creo que lo haya hecho por altruismo, sino que de un lado había una operación y, del otro, se contestó con otra, que finalmente resultó más poderosa.
Tampoco tenemos que ser ingenuos en la cuestión de la oportunidad, no tanto porque ocurrió a pocos días de asumir la presidenta argentina, sino, y esto me parece más importante, porque surgió a pocos días del referéndum venezolano. Y no sólo por la derrota, porque, independientemente del resultado, si este mismo episodio se hubiese concretado antes del referéndum, le habría quitado credibilidad.
La otra cuestión vinculada con la oportunidad es que se hizo a 24 o 48 horas de una reunión del Mercosur, que perfectamente podría haber tenido visibilidad pública por otros ejes, pero que quedó empañada por el eje que tomó relevancia.
Las razones de una posible operación ya fueron reiteradamente dichas en esta Cámara. Simplemente agregaría que los Estados Unidos se olvidaron de América Latina durante varios años, y ahora vuelven a poner la mirada en la región. Tratan de mellar la preponderancia de Venezuela, en alguna medida por antipatía con su sistema de gobierno, pero estas cuestiones nunca se mueven exclusivamente desde la lógica de la ideología, sino también de los intereses. La integración de Venezuela y de Bolivia al continente tiene que ver con el reaseguro de una matriz energética basada en hidrocarburos, que posibilite el crecimiento sostenido, cuando los Estados Unidos están planteando una matriz energética basada en los biocombustibles como estrategia para volver a poner su mirada sobre América Latina.
Quiere decir que la lógica de la operación me parece que debe estar descontada por parte de todos nosotros. El problema es que esta operación tiene un hecho causal, porque aquí no estamos hablando de una operación política en abstracto, estamos hablando de una operación política basada en un hecho que es, lo que también fue reiterado y por eso no voy a abundar, un avión pagado con fondos públicos, con tripulación de personas muy fuertemente ligadas a empresas del Estado, a organismos de control estatal, y que entra con una valija con 850 mil dólares.
A donde quiero llegar, es que así como hay antecedentes en los actores de la operación, hay antecedentes en los actores del delito, porque hay negocios, porque hay amistades políticas y personales, porque había una campaña electoral. Entonces, lo mejor que el oficialismo tendría que haber hecho en estas circunstancias es brindar toda la información para esclarecer bien este hecho y dejar al descubierto de manera absolutamente insospechada la operación de política exterior de los Estados Unidos.
No alcanzan los fundamentos del proyecto del oficialismo con decir que el agravio radica solamente en que no se han cumplido los plazos de la ley de extradiciones. El agravio podría ser mucho más profundo, pero para eso necesitábamos disipar absolutamente la hipótesis del delito.
Es por eso que nosotros no vamos a estar en contra del proyecto –ya lo anticipó el señor diputado Macaluse- pero no lo vamos a acompañar por estas razones, y también vamos a sostener un proyecto de información superador. Hay un proyecto que tratan de unificar algunos bloques de la oposición planteando la presencia del canciller, y reafirmando lo que decía hace un rato el señor diputado Bonasso, sin poner en duda alguna ni su dignidad ni todo el respeto que nos merece el canciller Taiana, y también planteando la presencia del ministro de Justicia, que son las dos áreas que tienen que ver con el proceso de extradición.
Pero como esto tiene un hecho causal, donde entran organismos públicos, empresas públicas, y dineros que no vienen de ninguno de esos dos ministerios, nosotros creíamos más conveniente y más prolijo que la información en lugar de ser fragmentada o compartimentada por área de gobierno, la dé en este recinto el jefe de Gabinete de Ministros, que es quien tiene además el vínculo institucional con el Parlamento nacional.
Como conclusión final, a nosotros nos hubiera parecido óptima esta oportunidad para que no hubiera ninguna fisura en este Parlamento para denunciar la operación política externa pero para que tampoco hubiera ninguna fisura para contar con toda la información que esclarezca el hecho causal que da origen a todo esto.
Yo escuché decir a algunos diputados: “Justo ahora se acuerdan de la valija”. De alguna manera tienen razón, pero habría que contestar: “Justo ahora nos acordamos de las operaciones”.
Esto surgió con la operación pero con un hecho causal. Por eso digo que arrojar toda la información y toda la transparencia sobre el hecho causal era lo que hubiera dado mucho más solidez política a la denuncia global de la operación, como política de Estado, o bien hubiera puesto al descubierto a aquellos que no quieren denunciar la operación solamente porque quieren hacer eje en el hecho delictual para poder sobreactuar su rol opositor.
Esa es la posición que creo haber reafirmado respecto de lo que anteriormente habían dicho otros integrantes de mi bloque. (Aplausos.)