Sr. Raimundi.- Señora presidenta: tal como lo ha mencionado el propio jefe de Gabinete de Ministros en esta Cámara se está considerando el proyecto de ley de presupuesto, que es el que establece la orientación de la política económica para el próximo año en el marco de una crisis internacional.
Por decirlo de alguna manera, hasta ahora hemos detectado tres grandes miradas sobre el presupuesto. Una de ellas es la del oficialismo, que tiene la siguiente lógica: si hasta aquí nos fue bien con esta fórmula, reiteremos el esquema.
Otra mirada es la de algunos sectores de la oposición, tanto política como económica, que desempeñan el papel de una suerte de abogados del ajuste, es decir, ven el momento más propicio para justificar la desaceleración interna de la economía. Piensan que si el mundo se desacelera, ¿qué mejor que justificar el enfriamiento de la economía argentina?
Nosotros tenemos otra mirada. El modelo se sustentó sobre dos grandes pilares: los precios internacionales altos y el tipo de cambio competitivo. Sin embargo esos dos grandes pilares hoy no existen porque ni los precios son los mismos ni la competitividad del tipo de cambio se ha mantenido porque fue absorbida por la inflación interna. Debido a ello hacen falta políticas internas que resguarden a la Argentina de los efectos negativos de la desaceleración internacional. Porque tal como se admitió, en un país donde, más allá de la tendencia y la voluntad, todavía no han sido resueltos los problemas del desempleo, la pobreza y la indigencia, enfriar internamente implica ajuste sobre esos sectores más vulnerables.
Por eso quiero preguntar al señor jefe de Gabinete de Ministros cuáles son las políticas internas que el gobierno tiene pensadas para proteger a la Argentina de los efectos negativos de la crisis internacional, pero sin replicar el modelo aplicado hasta ahora?
Nosotros vemos dos grandes áreas. No estamos proponiendo una distribución naif o infantil, porque el planteo distribucionista a secas nos pone en riesgo de que se concreten tres grandes amenazas que ninguno de nosotros quiere: la inflación, el déficit y el mayor endeudamiento.
Para que ello no suceda, debemos atacar la distribución a partir de cambios que alteren la matriz de generación de riqueza. En la Argentina sigue concentrada la orientación de los subsidios, la política de exportaciones y la formación de precios.
¿Cuáles son las políticas dirigidas a la desconcentración de los subsidios, de las exportaciones, y de la desmonopolización de la cadena de formación de precios, lo que alteraría la matriz de inversión y la generación de precios?
Concomitantemente con ello, ¿qué se está haciendo para modificar la estructura tributaria, porque el presupuesto para 2009 traslada ajuste inflacionario mediante exactamente la misma estructura tributaria de los años 2006, 2007, y 2008, siendo que las condiciones objetivas son distintas?
Entonces la pregunta va dirigida a si hay alguna política que modifique el hecho de que la principal contribución surge del IVA.
Otra contribución importante es la del impuesto a los débitos y créditos bancarios, en una economía que necesita alentar la actividad formal y el sector bancario. Sin embargo, este tributo agrava la situación, mientras que no se ha analizado un ápice el impuesto a la renta financiera, que sigue ausente, el impuesto a la compra venta de acciones, que también continúa ausente, y un impuesto redistributivo, como podría ser el aplicado a la herencia, que también brilla por su ausencia.