Hubo respaldos diferenciados

Indudablemente, el resultado del referéndum significa un fortalecimiento muy grande de Evo Morales, pero también un fortalecimiento de los prefectos de las regiones autónomas, especialmente de Santa Cruz. Ambos fueron respaldados con una fuerte legitimidad popular, aunque con distintas características. Se legitimó el proceso nacional de cambio, encabezado por Evo, que ha llevado a una importante redistribución del ingreso a partir de la nacionalización de los hidrocarburos y de la recuperación de la renta hidrocarburífera y también por muchos programas sociales que se han hecho y que son muy tangibles. Por eso en los barrios más humildes se nota muchísimo la dignificación de los pueblos originarios que han tenido durante estos años en términos de medicina social, de programas para la tercera edad, de alfabetización. Y eso llevó también a su involucramiento en el proceso político. Esa reivindicación económica y sociocultural es algo que las elites de la Media Luna de oriente no pueden soportar.

 

 

El discurso de Evo fue sostenido por el respaldo popular, pero al mismo tiempo fue convocante. No desde la debilidad, sino desde el triunfo, desde la legitimidad. En cambio, el discurso de Rubén Costas, el líder de Santa Cruz, fue absolutamente golpista, insultante, racista, impedido de toda capacidad de diálogo y con vocación de aplicar los estatutos autónomos mañana mismo. Pero el problema de la autonomía es el problema de quién se apropia de la renta, no es un problema de elegir los legisladores provinciales. Me da la impresión de que todavía a Evo no le alcanza para consolidar un proceso irreversible, sino que será un proceso todavía signado por dificultades.

La reflexión que queda es si los procesos de cambio que se fundan en cuestiones identitarias tan grandes como en Bolivia tienen que entablar algún canal de diálogo con otros sectores de la sociedad para romper la polarización por mitades. Evo está muy sostenido por el 60 por ciento pero muy repelido por el 40 por ciento, que ostenta mucho poder. Por eso vi alegría pero no vi euforia, porque se sabe que el enemigo es muy fuerte. Evo tiene que extraer algo de ese sector para poder construir hegemonía porque si no no le va alcanzar. Para eso va a ser muy necesario el apoyo regional. Y toda la región está en un proceso de cambio, cada uno con sus particularidades, pero si uno contabiliza, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Paraguay a partir de la asunción de Lugo, por un lado y Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, en términos más moderados, parece que en un planteo de hegemonías conservadoras neoliberales o sectores que intentan un cambio, toda la región, salvo Colombia, está en un proceso de cambio.