Con mi compañero y amigo Mariano Tilli elaboramos juntos este resumen en el año 2000. Se trata de un interesante libro sobre la historia de China, que podríamos dividir en dos partes. La primera, la que trascribimos, se refiere a lo acaecido en ese país hasta la victoria de Mao, en 1949. Y, hasta allí, nos pareció interesante compartirlo. De allí en más, la clara impronta ideológica del autor torna tan controvertida (y no compartida por nosotros) la interpretación de los hechos sobrevinientes en China, que no queremos se entienda que hacemos nuestras sus reflexiones. Es decir, compartimos el resumen desde su dimensión histórica, pero no política. Por eso lo hacemos llegar sólo hasta el advenimiento del maoísmo al gobierno. Un fuerte abrazo, Carlos Raimundi.
CHINA, UNA NUEVA HISTORIA
Síntesis del libro de John King Fairbank
Mariano Tilli
1. SURGIMIENTO DE LA AUTOCRACIA IMPERIAL
China ostenta la historia de autocracia más prolongada del mundo.
Es un subcontinente enormemente autosuficiente. Shanghai, en la desembocadura del Yangtsé, se encuentra en la misma latitud templada que Nueva Orleans y Suez y Cantón, en el río Oeste, en la latitud tropical de La Habana.
De toda la tierra utilizable, el diez por ciento de toda su superficie, 9/10 está ocupada por cultivos y sólo el 2 % es para el pastoreo de animales.
Miembros de una familia de ambos sexos y dos o tres generaciones duermen juntos en una misma cama de ladrillo. China ha sido una fortaleza para el sistema familiar. De esto deriva su fuerza, pero también su inercia.La familia china es un estado en miniatura. La unidad es la familia, no el individuo. La devoción y obediencia filial funcionan como una especie de entrenamiento para la lealtad al gobernante. La mezcla de amor y miedo de los niños hacia el padre está reforzada por el gran respeto a la ancianidad.
La cosmogonía china considera al mundo como producto de dos elementos interactuantes y complementarios: el yin y el yang. El yin es la cualidad de las cosas femeninas, oscuras, débiles y pasivas. El yang es el atributo de lo masculino, fuerte, brillante y activo. Aunque lo femenino y lo masculino son necesarios y complementarios, uno es por naturaleza pasivo hacia el otro. Así, las niñas se subordinan a los varones desde la infancia; la mujer se mantiene subordinada a su marido y la madre a su hijo ya crecido. Las mujeres enérgicas, que nunca han faltado en China, solían controlar a su familia en forma indirecta, nunca por medio de órdenes.
El interior de las familias se estructura en base a las "tres obligaciones" confucianas: la obligación de lealtad hacia el gobernante (inclusive los ministros al príncipe), la obediencia filial del hijo hacia el padre y la obligación de castidad de las esposas, no así de los maridos. Una vez que el joven ingresa en la etapa adolescente, el afecto y cuidado de los padres son reemplazados por el entrenamiento intensivo, cuyo objetivo es la formación del carácter.
En la tradición China, el hijo mayor heredaba todas las propiedades del padre y los demás hijos debían salir a buscar la fortuna en otra parte. De este modo pasaron a engrosar las filas del personal del gobierno, de los negocios y de ultramar pero, en última instancia, quedaron siempre conectados al poder central.
De todos modos, las constantes parcelaciones del terreno a lo largo de la historia, debilitaron la continuidad de la tenencia familiar de tierras, impidiendo que creciera el poder terrateniente entre los funcionarios y manteniendo a las familias campesinas siempre al borde de la subsistencia.
El liderazgo carismático como el de Gengis Kan en el siglo XIII y la tradición nómada de los jinetes que buscaban romper el aislamiento geográfico forman parte, junto a los rasgos antedichos, de la cultura y el nacionalismo chinos.
Esta fisonomía, forjada desde los tiempos más ancestrales de la civilización china, le dan al país una homogeneidad cultural y una continuidad comparables a la cristiandad occidental. China es desde un comienzo una sociedad basada en el poder del Estado, al que se subordinaban todas las demás actividades. El comportamiento ejemplar, los ritos, la moralidad y el adoctrinamiento siempre fueron considerados como medios para mantener el orden social desde el gobierno. Sólo tenemos que agregar que, para garantizar esas funciones, el gobernante monopolizó desde siempre la violencia militar, y así podremos juzgar con racionalidad el totalitarismo de los reyes Shang y Zhou (siglos XX y X a. C.).
2. EL CONFUCIANISMO
Confucio y sus discípulos fueron contemporáneos de Platón y Aristóteles. Los fundamentos del confucianismo relativos a la organización de la sociedad tienen que ver con el "orden cósmico". Los hombres eran superiores a las mujeres, los padres eran superiores a los hijos y los gobernantes eran superiores a sus súbditos. Cada persona tenía un papel que cumplir, "un conjunto de expectativas sociales al cual el comportamiento individual debía ajustarse. Si todo el mundo cumple su papel, el orden social se mantiene".
Pero, al mismo tiempo que su autoridad, la conducta correcta del gobernante para el código confuciano no tiene énfasis paralelo alguno en occidente. "El pueblo es como la hierba, el gobernante es como el viento; la hierba se inclina hacia donde sopla el viento. Si la conducta personal de un príncipe es correcta, su gobierno resulta efectivo sin tener que recurrir a órdenes. Si no lo es, sus órdenes no serán acatadas".
El confucianismo intenta hacer de cada individuo un ser moral que defiende contra el error humano las virtudes de la paciencia, el pacifismo y la transigencia, la moderación y el respeto a antepasados, ancianos y doctos. Es un humanismo que sitúa al hombre, no a Dios, en el centro del universo.
A diferencia de los occidentales, para quienes Moisés recibió de Dios las Tablas de la Ley, Confucio razonaba a partir de la vida diaria sin la ayuda de ninguna deidad. No existía ni existe sanción metafísica al incumplimiento de las leyes, ya que estas surgen de este mundo, no de otro mundo más allá del conocimiento humano; se originan en el carácter moral del universo natural en sí mismo, son ejemplos a seguir, o bien reglas de trabajo para la administración y la práctica cotidiana.
Pero sí era un objetivo importante del sistema legal la preservación de las jerarquías sociales confucianas. La desobediencia filial era el crimen más infame. Un hijo que golpeaba a su padre podía ser decapitado, mientras que un padre que golpeaba a su hijo hasta matarlo sólo recibía azotes e incluso podía ser perdonado.
3. EL TAOISMO
El taoísmo se origina en Lao Tsé, "el viejo maestro", quien se afirma fue contemporáneo de Confucio. Se trata de una teoría relativista que formula preguntas a partir de la duda. El filósofo Zhuangzi escribió, por ejemplo, que había soñado ser una mariposa que jineteaba a la luz del sol. Al despertar, no podía asegurar si era aún Zhuangzi que había soñado ser mariposa, o una mariposa que soñaba ser el filósofo Zhuangzi.
Todo giraba en torno de la idea de la unión de los contrarios. Las ideas morales eran el reflejo de la depravación humana, la devoción provenía de la irreverencia, las reglas de la propiedad del desorden del mundo. Surgió así una filosofía de la pasividad, de la acción por inercia, sin esfuerzo. Dejar actuar a la naturaleza interna sin racionalizar, aceptando la experiencia de la vida. Sus sostenedores se oponían a la intromisión del gobierno y a las cruzadas morales, y se resignaban a las malas pasadas de la vida, dado que eran inevitables.
4. LA DINASTIA HAN
Luego de la unificación operada por la dinastía Qin, durante los 4 siglos de dinastía Han (hasta el siglo I a.C.), creció la población y la cantidad de tierras en propiedad de magnates locales, que se apoderaban de ellas de manos de campesinos que no podían pagar sus deudas y terminaban trabajando como inquilinos.
Los Han aplicaban la cosmogonía confuciana. Carecían de un mito de la Creación, no tenían ninguna "causa primera" ni un ente legislador externo a este mundo. Asumían un pensamiento "orgánico, una ordenada armonía de voluntades sin la presencia de un ordenador", que contrasta con la tendencia del resto del mundo a creer en una deidad sobrenatural. Aunque concebían al Cielo con el supremo poder cósmico, lo percibían como inmanente a la naturaleza, no como trascendente. El pensamiento Han se basaba en la idea de la humanidad como parte de la naturaleza, y dentro de ésta, la relación entre el gobernante y sus antepasados. Esta cosmogonía fue más tarde denominada "correspondencia entre el hombre microcósmico y la naturaleza macrocósmica" (John B. Henderson, 1984).
Desde siempre, el monarca proporcionaba los elementos del poder: trono, ejército, policía, órganos de control social. Los letrados proporcionaban el conocimiento técnico y la teoría de gobierno que legitimaba el poder y hacía funcionar al Estado.
5. LA ERA BUDISTA
La fe budista fue importada desde India a mediados del siglo I de nuestra era.
El Buda, que viviera probablemente en Nepal durante el siglo VI a.C., había comenzado su vida como un aristócrata. Después de renunciar a su palacio, a su harén y a sus lujos, accedió al estado de iluminación a través de la meditación. El objetivo del budismo es romper con la cadena que nos ata a las pasiones, deseos y afectos.
Pero al ser incorporadas mediante los caracteres chinos, las foráneas ideas budistas se adaptaron a los ancestrales valores locales, como por ejemplo la destacada posición que el budismo reservaba a las mujeres. Desde las primeras traducciones, la premisa "el marido sustenta a la esposa" se convirtió en "el marido controla a la esposa" y "la esposa reconforta a su marido" en "la esposa venera al marido".
Fueron los invasores no chinos que provenían del norte los que más aceptaron el budismo porque, como ellos, tenía sus orígenes fuera del orden establecido. Pero luego también el sur se familiarizó con su estética y asimiló el consuelo de la salvación religiosa en una época de grave confusión social. Esta combinación de budismo con necesidades locales es lo que se conoce con el nombre chino de Chan, o más comúnmente entre nosotros como filosofía Zen.
6. ERA SONG. DINASTÍAS MING Y QING
Nieto de Gengis Kan, Kublai Kan estableció la capital en Pekín en 1271. La era Song, que abarcó las dinastías Liao, Jin y Yuan, sentó las bases de la China Ming que se aproximaba. Los cambios fueron tan espectaculares que algunos historiadores ven en ellos el nacimiento de la época moderna. Lo cierto es que la era Song atravesó al menos dos etapas bien marcadas: la consolidación del poder despótico del gobierno central y el crecimiento de la sociedad por debajo de los burócratas a través de la expansión de la cultura, y de la integración de los invasores no chinos provenientes del interior de Asia.
Ya en plena dinastía Ming, el siglo XV está marcado por dos momentos contradictorios. Por una parte, las siete expediciones de Zheng He, que llegaron a La Meca y la costa este africana, entablando relaciones diplomáticas con treinta países. Por otra parte, que en 1443, una vez que cesaron estos viajes, nunca más se reanudaron, dando lugar a la llamada "introspección de China". La gran era de la navegación china que comenzaba a asomarse, tenía todas las de ganar, pero rehusó seguir adelante. Fueron los exploradores europeos los que, años más tarde, se apropiaron de aquellas mismas rutas y conquistaron las tierras más allá de los mares.
En el siglo XVII tuvo lugar la transición de los Ming a los Qing, durante la cual se produjo la invasión de los manchúes y el primer contacto de China con Europa. Los misioneros jesuitas arribaron por mar desde el este, siguiendo las rutas comerciales y los dominicos y franciscanos lo hicieron desde las españolas Filipinas. Trajeron consigo la geometría de Euclides y la ciencia y tecnología occidentales, y se sirvieron de los impresos, la estética, la arquitectura y las técnicas artesanales de oriente, así como aprehendieron el apego popular a la religión. El impacto de China en Europa a través de los jesuitas es, aún hoy, un magnífico campo de estudio.
El principal logro de la dinastía Qing, entre los siglos XVII y XIX fue una doble integración. A nivel territorial, expandió el control político sobre el Asia interior, y a nivel social, profundizó los vínculos entre el poder que concentraba el gobierno central y las culturas locales albergadas por una población cada vez más extendida y diversa.
7. EL COMERCIO Y LA CHINA DE ULTRAMAR
Este costado de la realidad de China se origina en el contraste entre su parte marítima y su parte continental.
La China del mar contiene un hecho geográfico fundamental: el monzón, un viento previsible, estacional, que sopla hacia el norte en verano y hacia el sur en invierno. Con el monzón, la navegación resultaba sumamente sencilla.
Así, los chinos del sudeste asiático formaron una subcultura mercantil comparable a la existente en Europa y Japón. Acumularon capital y formaron empresas familiares en las colonias británicas, francesas y holandesas de Indochina, Burma, Malasia y las Indias Orientales, sacando provecho de las leyes europeas vigentes allí. En Bangkok y en Manila ascendieron en la escala social por medio de lazos matrimoniales con miembros de la aristocracia local.
Los chinos asentados en el sudeste asiático descubrieron que su mejor performance social la cumplían ubicándose en medio de los gobernantes europeos y los pobladores locales. Se erigieron en intermediarios, instalaron bazares, ayudaban a recaudar impuestos y derechos de importación, se dedicaban a los servicios, así como al mantenimiento de puentes y transbordadores. Constituyeron un factor estabilizador: escasos como para llegar al poder, obtuvieron beneficios de los servicios prestados a los gobernantes, así como del comercio.
A medida que pasó el tiempo, las comunidades chinas en el extranjero se convirtieron en activas avanzadas exteriores de la nueva China marítima, contrapuesta al antiguo estilo centrado en la agricultura.
8. EL SIGLO XIX
Este siglo es el de la adaptación de los artefactos y las instituciones occidentales, bajo la consigna: "el saber chino como estructura fundamental, y el saber occidental para los usos prácticos", como si las armas occidentales, los buques a vapor, la ciencia y la tecnología pudiesen de alguna manera ser utilizados para preservar los valores confucianos.
No obstante, el recelo de la clase erudita cuya riqueza estaba ligada al sistema chino de enseñanza no tardó en expresar que "las ciencias occidentales habían tomado prestadas sus raíces de las antiguas matemáticas chinas. China había inventado el método, los occidentales sólo lo aplicaron". Los conservadores obstaculizaban la industrialización. Temían que las minas, las vías férreas y el telégrafo perturbaran la armonía entre el hombre y la naturaleza, y esto hizo que jamás se lograra poner en marcha por completo un proceso de crecimiento industrial autosostenido por medio de la inversión.
El surgimiento de una elite urbana reformista que, sin renegar del nacionalismo, abrazó las ideas de autogobierno local, desarrollo de las provincias y constitucionalismo, echó a andar numerosas líneas de modernización, pero tropezó con el obstruccionismo, la lentitud y la incapacidad de los manchúes para dirigir en ese mismo sentido a la nación. La modernización de China se redujo a un juego en el que sólo participaban unos pocos funcionarios.
9. LA INFLUENCIA JAPONESA. LA REPUBLICA Y CHIANG KAI-CHEK
El país había cambiado. El cuestionamiento del poder central de los manchúes sobre las provincias en la nueva era de crecimiento industrial se intensificó en 1911, a raíz de la construcción del ferrocarril en Sichuan. La elite local era quien había invertido en esas obras y no permitió que el gobierno central se aprovechase de esa empresa. La represión de los Qing tuvo un efecto contrario al esperado. El 10 de octubre ("doble diez") de 1911, la mayoría de las provincias declaró su independencia del régimen Qing y fundó la República China el 1ro. de enero de 1912 en Nankín, nombrando a Sun Yatsen como presidente provisional.
En 1914, Japón superaba a Gran Bretaña en comercio bilateral con China, firmas comerciales instaladas y población residente. En 1930 ya había desplazado a los ingleses como el máximo poder económico extranjero.
El concepto de "sociedad civil" es una cuestión de grados y es muy difícil de definir en una frase corta. Forma un conjunto entre el Estado y la sociedad de un país, en un juego o tensión entre los márgenes de cohesión y autonomía predominantes en cada momento histórico. No se la encuentra en el Islam ni en los totalitarismos modernos, ni tampoco en las dinastías chinas enunciadas hasta aquí.
Pero en la última etapa del siglo XIX comenzaron a surgir ocupaciones individuales, funciones sociales e instituciones no sujetas al control directo del Estado Qing. Esta tendencia pareció más natural en el caso de los extranjeros de los puertos abiertos, pero también se entremezcló y generalizó en las elites locales del interior de China, que habían desarrollado su propia prensa, educación académica y negocios.
No obstante, esta autonomía individual y liberalismo no doblegaron la unidad impuesta por el Estado ni pudieron conformar un gobierno parlamentario. La división de poderes jamás fue aceptada.
Si bien en un principio Mao Zedong suscribió al anarquismo de Kropotkin, pertenecía a una generación que debía reconciliar historia y valores -la herencia china de enseñanzas éticas- con el conocimiento moderno proveniente del mundo científico.
El "Frente Unido" reunió durante los primeros años 20 a ambos partidos para enfrentar a la dictadura de Yuan Shikai y los "señores de la guerra" que había establecido su sede en Cantón. En 1923, el Kuomintang se alió con la Unión Soviética, lo que le permitió contar con cuatro años de ayuda externa y el apoyo interno del Partido Comunista Chino (PCCh), todos ellos unidos por su aversión al feudalismo de los señores de la guerra y al imperialismo de las potencias extranjeras como Gran Bretaña y Japón.
Pero el PCCh apenas contaba en 1922 con 300 miembros, y en 1925 con 1.500, sin fuertes bases urbanas ni rurales, mientras el Kuomintang (Partido Nacionalista) tenía 50.000 integrantes. Este predominio hizo que su líder, Chiang Kai-chek, hegemonizara el Frente y encabezara el gobierno nacionalista que se establecería en Nankín en 1928. A esta altura, Chiang había tomado distancia de la URSS y se había desprendido del PCCh, mediante una terrible masacre de comunistas iniciada en Shanghai el año anterior. El alejamiento del peligro comunista, le valió que las potencias occidentales reconocieran de inmediato al régimen de Nankín.
Al proponerse acceder a la modernidad, el nuevo gobierno abrió una atmósfera de esperanza: su tarea fue aplicar la ciencia moderna a los problemas nacionales de siempre. La influencia occidentalizadora se tradujo en el fomento de la agronomía moderna, los ferrocarriles, las carreteras y el sistema de comunicaciones, buscando otorgar oportunidades a jóvenes y mujeres. Pero chocó con las debilidades sistémicas: la limitada capacidad del gobierno frente a tantos habitantes (400 millones), sin las instalaciones y equipamientos modernos que como mínimo se requerían.
Para 1932 el idealismo revolucionario se iba diluyendo en la falta de valores, el oportunismo corrupto y la administración ineficiente, acompañados de represión y censura. Chiang declaró: "La revolución china ha fracasado".
La toma de Manchuria por los japoneses en 1931 precipitó una estrategia de autodefensa, que creó industrias estatales de acero, electricidad, maquinaria y arsenales militares. Alemania asesoraba militarmente, pero la amistad de este país con Japón, retrotrajo las relaciones de China a una mínima ayuda norteamericana.
La ineficacia de la producción rural por falta de capital y tecnología en comparación con la abundante mano de obra, los métodos de explotación rural y la mala distribución del producto, fomentó la reaparición del Partido Comunista.
Se imponía una drástica modernización administrativa, que se impuso como objeto promover el alfabetismo, y sobre nuevos valores lograr una “reconstrucción rural”, con mayor presencia del interés privado. Pero ninguno de estos significaba un cambio fundamental. El gobierno central fue incapaz de penetrar a nivel de las aldeas, excepto de manera superficial y desde arriba. El campesinado chino no sentía provecho de esta intromisión estatal, y en este fracaso el PCCh encontró su oportunidad.
10. MAO ZEDONG
Mao adaptó la ideología transmitida del Komintern a las circunstancias chinas. Sustituyó al proletariado por el campesinado y unió la teoría y la práctica, un aspecto central de la filosofía confuciana. Comprendió que la única forma de sobrevivir y prosperar era desarrollando sus propias fuerzas armadas a partir de un despliegue territorial.
Las campañas de Chiang Kai-Chek contra el comunismo obligaron a Mao a adoptar la guerra de guerrillas y a emprender en 1934 la “Larga Marcha”, con el fin de establecer su base en la periferia del poder nacionalista.
El liderazgo de Mao tuvo similitudes con el de un fundador dinástico (Hang, Tan, Ming). A la manera en que los antiguos primeros ministros sirvieron al emperador y a la casa imperial, Zhou Enlai será su primer ministro.
En 1937, luego de una nueva invasión japonesa, los nacionalistas prefirieron luchar contra esta, antes que eliminar a los comunistas. Y aunque Moscú elaboraba la política de unificación de la lucha de ambos partidos comunistas, Mao también optó por unirse a un frente nacional contra los japoneses.
China había quedado dividida en un segmento ocupado por japoneses, otro segmento importante controlado por el Koumitang de Chiang, y un pequeño segmento controlado por el PCCh, con sede en Yanán. El traslado forzoso del gobierno nacionalista al interior (Chongqing) en 1938, lo separó de sus raíces, lo cual incrementó su ineficacia, la corrupción, la hambruna, la inflación y la falta de recursos y provocó rebeliones campesinas.
El PCCh publicaba su periódico y el ejército rojo continuaba reclutando soldados. La zona dominada por el comunismo se convirtió en un mito de ensueño. Había disciplina, cuadros adoctrinados e intelectuales de prestigio, además del mejoramiento de los transportes y de la organización cooperativa de la producción agrícola. La tierra fue sometida a redistribución bajo el liderazgo del partido, como punto de partida a la lucha de clases que se avecinaba.
El partido se entremezclaba con el pueblo, escuchaba las necesidades de este y luego las explicaba a las masas. Este concepto "de las masas a las masas" era el tipo de democracia adecuada para la tradición china.
El marxismo chino escapaba a los moldes del europeo: su surgimiento sería el resultado de dos mil años de feudalismo y solo cuarenta de capitalismo.
El final de la IIa guerra permitió el repunte del PCCh que se preparaba para la confrontación decisiva con el Kuomintang. Los nacionalistas habían recibido el apoyo logístico de los norteamericanos en la guerra contra Japón, pero no les sirvió para la lucha contra el PCCh que parecía inminente. Los Estados Unidos promovieron, ante esta situación, un "gobierno de coalición", como extensión del frente unido desaparecido en 1941, que ambos partidos simularon aceptar, mientras se preparaban para resolver el conflicto mediante la lucha.
Después de la rendición de Japón, Mao y Chiang se reunieron y el PCCh y el Kuomintang cooperarían en una asamblea representativa, desmovilizando ejércitos y garantizando libertades civiles. Pero se iniciaron hostilidades y los Estados Unidos intervinieron activamente en el bando anticomunista.
11. LA GUERRA CIVIL
En 1945 los nacionalistas contaban con la mayor parte del territorio, las principales ciudades y poseían ventajas tecnológicas. A pesar de ello la derrota que sobrevendría se debió a numerosos factores: una obsoleta estrategia de guerra y la mala gestión económica. Inflación y escasez de bienes de consumo, agravada por la corrupción.
El Kuomintang desperdició todas las oportunidades que se le presentaron para gobernar China: representó el papel que se le atribuye en la historia china al mal soberano con el que se hunde la dinastía, mientras el PCCh se consolidó mediante la reforma agraria que neutralizó la influencia económica y social de los terratenientes. La guerra civil se prolongó por tres años, y hacia 1949 Mao conquistó el poder de manera honrada y abierta.