Buenos Aires Económico, 11 de agosto de 2010

 

Por Federico Bernal

Un campo real para un país real o el fin de la falacia industria vs. campo

 

 


Desde el mismísimo anuncio de la resolución 125, los medios de prensa con conflicto de interés granario elaboraron y lanzaron una estrategia comunicacional compuesta de los siguientes cuatro pilares, simultáneos y sinérgicos entre sí: 1) colocar al "campo" al mismo nivel que al Gobierno nacional; 2) convertir a la Mesa de Enlace y a la Pampa Húmeda en la totalidad del sector rural argentino; 3) imponer la falsa disyuntiva: "Estado vs. provincias", a la vez que mostrando al Gobierno como uno unitario y centralista, y 4) imponer la falsa disyuntiva "industria vs. campo", pero exhibiendo al Gobierno como uno cegado por un fuerte populismo industrial aborrecedor del mundo rural o campestre.



Aquí los cuatro pilares del gran misil comunicacional dirigido a la opinión pública del 2008 a esta parte. Un misil hábilmente pergeñado para confundir, pero esencialmente diseñado para retoñar el antiperonismo de las clases medias rurales por un lado, y la agitación del "mito agrario" enclaustrado en la inmensa mayoría de la clase media argentina por el otro.

El misil impactó y cual bomba de racimos comenzó a despedir sus letales esquirlas y municiones: "Sin campo no hay país" (¡buuummm!) repica el "mito agrario" en el inconsciente colectivo; "intervencionismo estatal, vuelta al IAPI y a la usurpación de nuestra riqueza" (¡buuummm!) se maquina el productor. Ante los ojos de millones de conciudadanos, la Mesa de Enlace termina siendo el campo argentino, y como el campo argentino es lo que sostiene y sostendrá el desarrollo presente y futuro del país ("mito agrario") custodiemos pues a la Mesa de Enlace atacada por el kirchnerismo centralista, apropiador, estatista, populista e industrial.

Aquí resumido el "campo irreal" creado a imagen y semejanza de los patrocinadores de una Argentina granero del mundo. Ahora bien: si la mentira de un gobierno apropiador, unitario y centralista se desmorona con el simple pero inédito Fondo Federal Solidario (el 88,5% de la soja se produce en la Pampa Húmeda, pero el fondo destina a otras regiones del país un 52,66% de lo recaudado), la mentira de la supuesta inquina oficialista hacia lo rural (la falsa disyuntiva "industria-campo") comienza a terminarse con ejemplos como el descripto en esta nota. A continuación, el "campo real" –oculto y censurado– que tanto daño hace a la Argentina granero del mundo, pero que tanto bien y asistencia hace al país real que asoma y se consolida.

Un Estado que invierte en el campo no lo aborrece. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue creado en 1956 con el propósito de impulsar y vigorizar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuarias de forma tal de contribuir a la competitividad del sector agropecuario, forestal y agroindustrial argentinos. Si bien el INTA es un organismo público autárquico operativa y financieramente, pertenece al Ministerio de Agricultura de la Nación. Desde el 2003 a esta parte, el presupuesto de la institución aumentó un 660% (hoy se ubica en torno de los $1.000 millones).

Las inversiones en infraestructura e incorporación de personal aumentaron veinte veces desde el 2004, con un promedio de $54 millones al año. Tomando el período 2003/2010 begin_of_the_skype_highlighting 2003/2010 end_of_the_skype_highlighting, la inversión del instituto es veinte veces mayor que la inversión del período 1995/2002 begin_of_the_skype_highlighting 1995/2002 end_of_the_skype_highlighting. Analicemos ahora el impacto que tales incrementos tuvieron en el sector de maquinaria agrícola y agrocomponentes (MAA) de industria nacional.

Modelo organizacional mixto. Según se desprende del documento "Desarrollo industrial de la maquinaria agrícola y agrocomponentes en la Argentina. Impacto económico y social" (ingeniero Mario Bragachini - Centro Regional Córdoba, INTA) la industria nacional de MAA ha registrado en los últimos años un avance organizativo, cualitativo y cuantitativo revolucionario. Sobre tal comportamiento, mucho tiene para decir el trabajo conjunto realizado por el INTA, el INTI, los gobiernos provinciales, el Banco de la Nación, la Cancillería de la Nación, el Ministerio de Agricultura de la Nación, las universidades, las ONG, más de cien empresas exportadoras y las principales cámaras y asociaciones del sector.

Todas estas instituciones, carteras del Estado, actores privados, etcétera, han constituido, unos años atrás, una red público/privada para el desarrollo específico de las MAA de origen nacional (en adelante, Red MAA). Se trata de un modelo organizacional inédito en el país, modelo cuyos objetivos son el constante crecimiento de la competitividad, la defensa del mercado interno y la internacionalización para cerca de 730 pymes, que dan empleo directo e indirecto a unas 90.000 personas. Geográficamente, la Red MAA está ubicada en un 85% en pequeñas ciudades del interior productivo, a su vez distribuidas en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. Desde la constitución de dicha organización mixta, las ventas de agrocomponentes se duplicaron o triplicaron al 2009, esperando igualar en este 2010 el máximo histórico de facturación.

Nacionalización de la agroindustria de maquinaria. Para fines del 2010 se estima que el mercado interno de MAA ronde una inversión total de u$s1.350 millones igualando la marca del 2007, esto es, la mejor desde 1997. Este comportamiento es consecuencia de, en primer lugar, el récord de producción de soja (54,5 millones de toneladas), y en segundo lugar, del crédito a tasa subsidiada provista por el Banco Nación (BNA), crédito que se ha convertido en una poderosa herramienta de reactivación del mercado pues explica un 35 a 45% de las ventas efectuadas en el 2009.

Tal como se indica en el notable documento del ingeniero Bragachini, la Red MAA califica a la intervención estatal brindada por la banca oficial como "una excelente y estratégica herramienta para amortiguar la caída del mercado debido a la sequía del 2009". La intervención estatal rinde sus frutos y comienza a consolidar un "campo real": la facturación total del mercado industria nacional de MAA pasó de u$s225 M en el 2002 a u$s863,8 M en el 2009 (el saldo de la balanza comercial en este rubro disminuyó de una negativa del orden del 24/1 a fines del 2001, a una negativa de 2,1/1 en el 2009).

Cuando exportar hace al bienestar social. Las exportaciones de MAA pasaron de u$s10,3 M en el 2002, a u$s217,8 M en el 2009 (21 veces mayor). Las proyecciones indican que de continuarse y profundizarse las actuales políticas hacia el sector, en el 2015 se habrán alcanzado los u$s400 millones. Así lo indica un informe preparado por el INTA Manfredi sobre la base de datos de CAFMA y del Indec.

Asimismo, es de notar que dicha suba fue acompañada de un incremento en las empresas exportadoras y en los destinos, consecuencia del trabajo conjunto, disciplinado y coordinado de la Red MAA y su política activa en términos de captación de nuevos mercados. Si en el 2002 solamente exportaban veinte empresas argentinas y a no más de diez países, en el 2009 exportaron más de cien empresas y a treinta y dos países. En materia de generación de puestos de trabajo directos e indirectos, este incremento implicó pasar de 32.500 en el 2001 a 90.000 en el 2009. Entre los principales destinos de las exportaciones para el año pasado, se destacan Venezuela (29% del total exportado), Uruguay (19%), Brasil (12%), Bolivia (4,7%) y Chile (3,6%) (Fundación Export.Ar e Indec).

Una política para terminar con el régimen oligárquico. Desarticular los cuatro pilares comunicacionales del oligopolio mediático resulta esencial para que la sociedad toda comience a desconocer a la Mesa de Enlace como a la representante excluyente del "campo", a la vez que advertir en ella un sistema de organización, producción y tenencia de la tierra antagónicos al desenvolvimiento de un "campo" industrial, moderno y democrático.

Asimismo, la desarticulación de dichos pilares deberá conducir también a revertir la creencia popular de un gobierno unitario y anticampo, y paralelamente, a terminar con la falsa antinomia "industria vs. campo" –como tan acertadamente señaló la Presidenta unas semanas atrás–, antinomia por supuesto achacada al kirchnerismo. Ciclópea tarea la que está por delante, aunque estratégica por estar íntimamente ligada a liquidar el "mito agrario". ¿Por qué? Porque la construcción del "campo real", esto es, "industria más campo" y "campo con industria", impugna las bases mismas de sustentación de la estructura socioeconómica oligárquica en la Argentina.

Industrializar la producción y a los productores rurales; regular, gestionar e invertir en el campo con el Estado como protagonista; promover el proletariado industrial en las localidades del interior y en el corazón de la Pampa Húmeda; echar las bases de una burguesía agraria industrial pero nutrida del crecimiento del mercado interno y enlazada al Estado desde un punto de vista profesional, técnico, comercial y financiero (banca oficial); ligar las economías rurales a las urbanas vía la innovación tecnológica, el financiamiento y la comercialización de la producción (cohesionar al país desde un federalismo genuino); estatizar la renta agraria, etcétera.

En fin, aquí resumido el cambio estructural y revolucionario que deteriora el cuerpo y alma del régimen oligárquico nacional. Porque la suerte de la SRA y CRA está fusionada a la de un modelo agrario improductivo, atrasado y dependiente, pensado exclusivamente para hacer de la Argentina el granero del mundo, y porque la Argentina granero del mundo urde su revancha, la profundización del "campo real" será política de Estado o no será.

* Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (CLICeT)