Atardecer del 5 de marzo. Espero en el teléfono para mi columna en Radio Nacional de Mendoza. En el programa El Candil, se refieren a la salud de Chávez. Una oyente dice: "¿Por qué no hablan más de la Argentina en vez de hablar tanto de Venezuela?"

Me preguntan qué opino. Armo mi respuesta asociando con lo que me sucede en el momento. Cuando me llamaron estaba escribiendo sobre los 40 años de la elección que ganó Cámpora el 11 de marzo de 1973. Y, durante todo el día, tuve presente el comienzo del juicio contra los criminales del siniestro Plan Cóndor, aquel operativo conjuto de las dictaduras latinoamericanas de los '70.
Entonces respondo. Digo que hay muchos sueños en común entre aquella época y el presente. Pero, en aquel momento, las dictaduras estaban más sincronizadas entre sí que los movimientos populares. Un ejemplo de eso: en septiembre de 1973, mientras los trabajadores argentinos elegían por tercera vez a Perón, caía en Chile el gobierno de los trabajadores. Las experiencias populares no estaban suficientemente acompasadas. Y nos pasó lo que nos pasó.
Hoy, más allá de las lógicas y saludables improntas de cada país, tenemos gobiernos con una enorme sensibilidad social en común, que proponen un rol protagónico del Estado, buscan soluciones económicas por fuera del FMI, y políticas por fuera de la OEA y los EE UU Y son plebiscitados por sus pueblos. Hoy nos sentimos más hermanados. Si gana Correa ganamos nosotros, si expropia Evo nos alegramos nosotros. Por eso, por estar más unidos, no nos van a poder doblegar. A Hugo Chávez, como a los otros compañeros y compañeras presidentes, les debemos mucho en ese sentido. Y por eso, a esa oyente desaprensiva, le respondí que hablar de Chávez es hablar de nosotros.
Corté el teléfono y me enteré de la noticia. Si los argentinos hemos honrado una muerte inesperada y terrible como la de Néstor Kirchner, los venezolanos lo harán con Hugo Chávez, se repondrán y seguirán su camino. Tendrán, como tuvimos nosotros, mucha fortaleza.
Mañana mismo, los latinoamericanos seguiremos juntos adelante. Hoy, permítanme estar triste, compañeras y compañeros, y también esa oyente, por la muerte de un hermano.

Publicado en Diario Tiempo Argentino, 6 de marzo de 2013.

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