Buenas tardes a todos y todas, gracias por haber venido y muchas gracias a todos los compañeros y compañeras que trabajaron para hacer posible esta reunión. También a las autoridades del club. Me da mucho orgullo cada vez que hacemos una actividad en este club que se llama INDARG Industria Argentina, en un momento en que el enemigo es enemigo –entre otras cosas- porque controla el lenguaje, me da mucho orgullo, les decía, hacer algo en un club que se llama Industria Argentina, motivo simbólico de halago y satisfacción.

Permítanme hablar con Ustedes un ratito, porque estamos en una batalla muy fuerte, muy dura, y no nos reunimos todas las semanas ni todos los días, así que  quiero aprovechar esta posibilidad de conversar con ustedes para transmitirles mi mirada. No tengo ninguna pretensión de síntesis, ninguna pretensión de verdad; sí tengo la pretensión de disparar algunas inquietudes, de ponerme luego a disposición de ustedes, de colaborar a formarnos una visión común y, sobre todo, de que sepan que estamos dando una batalla muy central, muy determinante, no en la vida política del país como si fuera algo abstracto, sino en la vida de cada uno de nosotros.

Si se torciera el rumbo de los gobiernos populares de América Latina, y obviamente del nuestro, volveríamos a tener en cinco minutos un país nuevamente endeudado, nuevamente condicionado por los grandes imperios financieros, y eso es después la escuela de nuestros hijos. No es una cuestión abstracta, es la escuela de nuestros hijos; es tener trabajo o estar desocupados. Así que yo creo que en esta batalla hay mucha gente que puede llegar a estar confundida de buena fe, por estar ‘bombardeada’ permanentemente por las grandes cadenas mediáticas.

En este tema hay mucha disparidad de fuerzas. Nosotros no tenemos la misma envergadura de herramientas comunicacionales que tienen ellos, que han construido sus monopolios durante tantos años, aquí, en el continente y en el mundo. Su cadena se repite en todo el mundo –me gustaría después decir dos palabras sobre esto- pero los títulos de las cadenas de los medios de la oligarquía financiera de todo el mundo que critican a nuestra Presidenta son los mismos que critican la decisión soberana del pueblo griego de tratar de no ceder a las imposiciones de la comunidad financiera europea.

Todo esto no es casual. Les pido que recuerden por un minuto. Hubo un proyecto a principios de esta década que fue muy ridiculizado, pero que era estructural, y era aquel oleoducto transamazónico que había pensado Hugo Chávez, para conectar el petróleo de Venezuela con la biodiversidad de la Amazonia con todo el potencial energético, productivo y geopolítico, por la ubicación bi-oceánica de la Argentina. Más tarde, esos tres núcleos de América del Sur, Venezuela-Chávez/Brasil-Lula/Argentina-Néstor Kirchner, fueron los que recuperaron la dignidad y la dimensión latinoamericana de nuestro proyecto, diciéndole no al imperio cuando se le dijo no al ALCA en el año 2005.

Por eso, no es casual que en esta misma semana, tengamos la denuncia de un golpe desactivado por Nicolás Maduro en Venezuela, el pedido de juicio político a la Presidenta de Brasil y el impeachment, el intento de golpe que tenemos en la Argentina.

Ninguna de estas cosas responde ni a la casualidad ni a una coincidencia ni a hechos aislados. Se trata de un proceso geopolítico que va a estar mucho más presente en esta campaña electoral argentina de lo que ha estado en otras campañas electorales. Porque ‘ellos’ pensaban recuperar Brasil el año pasado, sacarlo de los BRICS, sacarlo de UNASUR y del MERCOSUR y devolverlo a lo que fue en otros tiempos históricos su alianza con los EE.UU. Como no pudieron, ahora vino la presión financiera primero, las denuncias de corrupción después al gobierno de Dilma Rousseff, y vienen por el proceso electoral de la Argentina. Por eso todo lo que sucede es tal vez más fuerte que en otras oportunidades.

Y así como no es aislado en el contexto espacial, tampoco es aislado en la línea de tiempo, porque venimos de diciembre de 2013: zonas liberadas en las afueras de Córdoba, saqueos, levantamientos policiales que después se extienden a otras provincias, hasta que se hacen los allanamientos y en las casas de los policías encuentran las cosas que se habían saqueado previamente.

Pasó, se pudo sortear. Pero en enero de 2014 vino la presión por la devaluación, que terminó en una corrección del tipo de cambio que no estaba prevista en esos términos, pero que no fue la mega-devaluación que ellos esperaban; no pudieron. Y a mediados de año se refregaban las manos pensando “ahora sí, con la Corte de los EE.UU. no van a poder. ¿Cómo va a poder un país como Argentina contra el centro de gravedad del poder financiero internacional?”. Sin embargo, no pasó absolutamente nada, porque la economía argentina en su estructura no tiene condiciones de crisis. Puede tener problemas, como tiene la casa de cualquiera de ustedes y la mía. Imaginemos entonces, cómo no va a tener algunos problemas un gobierno, en un contexto internacional de desaceleración económica. Pero no hay un solo signo que justifique una crisis venida de la presión del capital financiero internacional.

Entonces creímos que se había sorteado, que diciembre vino un poquito mejor, después vino la reyerta de los fiscales, pero ahora estamos ante este episodio. Y yo creo, -les repito, no manejo información reservada ni mucho menos- que la presión de los fiscales que tuvimos a principios de enero, se debió a que la Procuradora Gils Carbó decidió investigar el lavado de dinero, las cuentas en Suiza, el narcotráfico, los delitos económicos. Esa fue la revancha del poder, que tiene instalados fiscales y jueces en cada rincón de la Argentina.

Yo opino que el proceso de Nisman estaba pensado para sostenerse en el tiempo durante la campaña electoral. Ahora bien, hubo algunas razones que seguramente provocaron el cambio de ritmo, el adelanto. ¿Qué fue lo que hizo que aquellos que le habían dicho ‘vas a tener que desempeñar este papel’, ahora le dijeran ‘tenés que venir ya’?. ¿Cuáles pueden haber sido esos hechos?

Y lo estoy planteando en clave política, porque yo les pido –humildemente también- que no nos pongan en el lugar de tener que ser nosotros los detectives. Nosotros no somos ni detectives, ni investigadores judiciales, ni peritos balísticos. Eso es lo que ellos necesitan para ensuciar el proceso de esclarecimiento de la muerte del fiscal.

Pero nosotros somos militantes políticos que defendemos un proyecto nacional, y por lo tanto tenemos que dar el encuadre político a esta situación. Por eso, yo no me voy a referir a cuantos centímetros estaba el arma, porque no es nuestra cuestión, y porque además, cuando se dilucide cuál fue el modo en que falleció el fiscal, eso no modificará sustancialmente la estructura del escenario político. El escenario político es de un golpe institucional tras otro para desgastar y destruir el proyecto nacional.

¿Cuáles pueden haber sido, pues, esos acontecimientos que hicieron que los tiempos se aceleraran? Creo que el primero fue la decisión de Cristina de desplazar a un sector de la Secretaría de Inteligencia que durante muchos años venía actuando con autonomía de la conducción política del Estado. De la misma manera que antes lo había hecho con el Banco Central, y a partir del desplazamiento de núcleos de poder autónomo enquistados en él y de la recuperación de la conducción política, se allanaron las cuevas en la City y se descubrieron las cuentas secretas en Suiza. Aquí se nota bien la revancha de ciertos fiscales como Marijuan, contra el fiscal Carlos Gonella.

Por esto, si alguien nos preguntara ¿tuvieron que esperar a que muera Nisman para tocar la Inteligencia? Respondamos categóricamente que es exactamente al revés. La relación de causa y efecto se invierte: lo de Nisman se precipita porque antes se había tocado la Secretaría de Inteligencia. Lo que es posterior es el proyecto de ley, pero el descabezamiento de aquellos sectores que se venían conduciendo desde hace 40 años, cruzando todos los gobiernos, con autonomía de la conducción del Estado, fue una de las razones por las cuales se acelera todo este proceso.

Luego se produce el atentado en París, que reaviva en estas cadenas mediáticas conservadoras del mundo, el odio religioso, dirigido fundamentalmente hacia el Islam. A partir de ello, titulan “Argentina no condenó con la suficiente fuerza el atentado en París”. Unos días después, desmintiendo esto, el propio Presidente de Francia, Francois Hollande envía una nota a la Presidenta argentina agradeciéndole la rapidez y la contundencia con la cual nuestro país se había solidarizado con el pueblo francés. Pero el titular internacional ya estaba ahí.

El siguiente título periodístico que buscaban -y es aquí donde entra Nisman- es “un fiscal argentino acusa a la Presidenta de acercarse a un estado terrorista islámico”, en el medio de esta reanimación del odio anti- islámico por parte del capitalismo financiero mundial, en medio de la llamada ‘primavera árabe’, del conflicto en Ucrania, de los bombardeos a Palestina, etc.

Luego muere el fiscal Nisman, y el título sería “Matan al fiscal que había denunciado a la Presidenta argentina de ser pro-terrorista”.

Luego, un supuesto periodista de Ámbito financiero y del Buenos Aires Herald obtiene un salvoconducto por la Embajada de Israel a Tel Aviv, y dice allí que en la Argentina los periodistas no pueden vivir por falta de seguridad, a los medios internacionales.

Y ahora pretenden que el próximo título sea “en la Argentina nunca se va a saber la verdad”. Con esa finalidad, son ellos los que ensucian todo, por eso Clarín publica cosas tales como que “hay un rumor policial de que la bala partió a 25 cm, o si había o no un borrador, etc. Se trata de toda una política de medios a nivel internacional para desacreditar la imagen de nuestros gobiernos populares.

En esta próxima campaña electoral, a diferencia de otros momentos, el tema geopolítico va a estar sumamente presente. ¿Por qué? Porque a nuestra Presidenta es imposible atacarla desde la gestión interna de gobierno. Un acuerdo internacional para la financiación de infraestructura, la adjudicación de 15.000 nuevos créditos PROCREAR para construir viviendas, segundo incremento de las jubilaciones en un año, etc. El poder estaba acostumbrado a que a medida que un presidente se aproxima al final de su mandato va perdiendo poder, y se encuentran con una realidad totalmente distinta: la Presidenta tiene cada día más prestigio y más ascendencia sobre el pueblo.

Me voy a permitir leerles un breve párrafo de la editorial de Joaquín Morales Solá publicada en el diario La Nación del último jueves, porque es muy indicativo del objetivo que persigue la jefatura del poder opositor:

“En rigor, los amigos actuales de Cristina son China, Rusia e Irán. No son amigos para presentar en ninguna sociedad democrática del mundo, se trata de países con gobiernos autoritarios, que violan derechos humanos esenciales, pero son los únicos que soportan amablemente las extravagancias del cristinismo argentino. Son también los únicos que podrían ayudarla a llegar a diciembre con cierta liquidez de dólares en el Banco Central. Esta, será otra herencia que le dejará al próximo gobierno: reordenar la dirección de la política exterior de acuerdo con los alineamientos históricos de país”.

Me parece muy bien que Cristina nos pida que no nos compremos pleitos de afuera, refiriéndose a problemas propios del Medio Oriente que nosotros no tenemos. Pero el eje geopolítico va a estar presente, en busca del desgaste del gobierno argentino ‘desde afuera hacia adentro’.

Bueno, Compañeras y Compañeros, no sabemos cuál fue la causa final de la muerte del fiscal Nisman, pero sabemos cuál es su entorno. A título personal, el hecho de dejar una familia y amigos, la muerte de una persona no me genera otra sensación que de pesadumbre. He sentido eso incluso ante la muerte de personas a quienes en vida había combatido mucho. Pero el hecho de que el fiscal Nisman esté muerto no lo redime de cuál era su posición en vida. Y él era el mascarón de proa de un golpe institucional organizado por sus jefes políticos, que eran los servicios secretos de Israel, de los EE.UU. y la Embajada estadounidense.

Por eso, la DAIA y la AMIA celebran el aniversario de Auschwitz, a parte del gobierno. ¿Quién podría pensar que iba a ser de otra manera?, si ellos son los que encabezan la desestabilización, ¿cómo jugar en otro lugar, que no sea en paralelo a las acciones del gobierno?

Cuando uno recuerda esos decires populares: “nos tiraron un cadáver”, inmediatamente surgen las imágenes de José Luis Cabezas y de Alfredo Yabrán. Pero en ambos había una responsabilidad institucional muy fuerte de los gobiernos; en uno era el acuerdo con ‘la maldita policía’ bonaerense por parte de Eduardo Duhalde, y en el otro el poder económico y mafioso enquistado en el menemismo. Muy por el contrario, en este caso, si nosotros hubiéramos podido discutir cara a cara con el fiscal esa denuncia, hoy sería un monigote, no un mártir como en lo que lo quieren convertir. Es decir, el gobierno argentino está absolutamente lejos de cualquier responsabilidad. Esa denuncia no hubiera tenido la más mínima posibilidad de estar más de 20 minutos en la primera plana de un medio de comunicación.

Justamente para sostenerlo en escena, el poder lo que necesita es que no se sepa la verdad. En cambio, lo que hizo la Presidenta es ordenar la desclasificación de todos los archivos, decirle al propio Stiuso que diga todo lo que tenga que decir, e instruir a todos los organismos  que actúen con la mayor celeridad.

Lo que el poder busca es abortar el juicio oral por el encubrimiento que el juez Lijo había ordenado para el segundo semestre de este año. Por eso, uno se pregunta: si, como dijo el juez Canicova se trata de escuchas que tienen años, ¿qué necesidad tenía el fiscal Nisman de interrumpir sus vacaciones, retornar de Europa y pedir habilitación de feria judicial? ¿No podría haber presentado su denuncia en diciembre o en febrero? ¿No resulta extraño tanto apuro a último momento?

Es aquí donde se nota la maniobra golpista, en ese contexto internacional que señalamos. ¿Para qué? Para cuestionar la decisión argentina de acercarse a un eje geopolítico distinto del imperio. Un imperio que, según Morales Solá, defiende derechos humanos esenciales, como lo demuestra en Guantánamo, o siendo el principal proveedor de armas de todo el mundo.

Mientras tanto, nuestra Presidenta firmaba acuerdos muy importantes en China. ¿Cómo son presentados mediáticamente esos acuerdos? Por ejemplo, se refieren a ‘endeudamiento financiero’ cuando en realidad se trata de inversión para obras de infraestructura a largo plazo y con tasas preferenciales. O dicen que nos van a invadir barcos de trabajadores chinos que les sacarán el trabajo a los argentinos. Cuando, en realidad, los chinos no han hecho ninguna exigencia de ajuste o puesto condiciones a nuestras decisiones soberanas de política económica.

Las obras de infraestructura, como esas cuatro centrales eléctricas –dos termo-nucleares y dos hidroeléctricas- incrementarán un 20% nuestra oferta de energía interconectada y serán disfrutadas por las siguientes generaciones, por lo cual es correcto amortizar su realización con créditos a largo plazo. Además, al distribuir energía a tasa subsidiada, permitirán la generación de trabajo industrial. Es decir, contribuyen a profundizar el modelo de diversificación productiva, lejos de quitarnos el trabajo. Sino, vean cuántos empleados chinos encuentran Uds. si ingresan a una sucursal del ICBC.

Compañeras, Compañeros, tenemos que salir con toda energía, no podemos estar a la defensiva. Tenemos que actuar con toda la fortaleza que implica saber que defendemos una causa justa, noble, y demoler todos y cada uno de los argumentos planteados por quienes sólo buscan la desestabilización.

Sé muy bien que uno no puede hacer todo un discurso cuando está en la feria, pero sí quiero hablar con Ustedes con este detenimiento, porque uno no logra la síntesis de su posición política cuando aprende de memoria una consigna, sino cuando hay un fondo conceptual que le da claridad a su visión. Y puede sacar de allí una síntesis para el debate cotidiano.

Voy aproximándome al final con el tema del vaciamiento institucional que hace la oposición.

Los protagonistas de la política argentina de hoy tienen una historia. Y su discurso tiene dos improntas. La primera, descontextualiza. Es decir, no tienen en cuenta el contexto espacial. Por ejemplo, que China ha votado con la Argentina la condena a los fondos-buitre en los organismos internacionales. La segunda, se pretenden a sí mismos como a-históricos. Es decir, actúan como si no tuvieran historia, aunque sí la tienen. Los actores políticos de la oposición, de los grupos mediáticos, de la oligarquía, tienen historia. Cada actor político de la Argentina, cada uno de nosotros, con aciertos y con errores, que los tengo, tenemos una historia.

En la Argentina hay actores políticos que fundaron la CGT de los argentinos, hay actores políticos que participaron del Cordobazo, hay actores políticos que redactaron las declaraciones de La Falda y de Huerta Grande, y que se posicionaron frente a los crímenes de lesa humanidad y el terrorismo de Estado de una manera. Y hay otros actores políticos que bombardearon la Plaza de Mayo, que proscribieron a la fuerza mayoritaria y que escondieron el cuerpo de Eva Perón hasta el año 71; y que también se posicionaron y se posicionan hoy en materia de derechos humanos, de otra manera.

Cada uno de los actores de hoy somos herederos de una línea de intereses que tiñe toda la historia política argentina. La diferencia es que hoy no hay la misma aceptación social, ni el mismo clima internacional para golpes militares. Pero que no haya aceptación popular no quiere decir que si tuvieran esas condiciones históricas no darían esos golpes militares. Porque el objetivo es siempre el mismo. Los métodos son más “blandos”, como se suele decir, en términos de menos agresivos físicamente, pero las consecuencias de vaciar a los gobiernos populares para que no puedan finalizar su mandato y para interrumpir los proyectos históricos son los mismos con un método y con otro.

Por eso, cuando veo algunos socialistas estando en una audiencia pública en lugar de discutir la Ley de Inteligencia en el Congreso, además de que deshonran a sus votantes porque en el diario de sesiones no va a quedar la posición opositora, además de eso, los veo como los Américo Ghioldi o los radicales que integraron la junta consultiva de la revolución libertadora. Del poder económico, pese a que los repudio, lo entiendo, porque necesitan cambiar de modelo económico para seguir traficando libremente sus ganancias en dólares hacia las guaridas fiscales –por ejemplo-, pero quienes vienen de raíces populares, no son otra cosa, una vez más, que material descartable al servicio del proyecto de la oligarquía.

Hubo sectores, como el CELS, que hicieron críticas al proyecto de Ley de Inteligencia desde la buena fe, todas las cuales fueron tomadas y ayudaron a clarificar su redacción. Así, se acortaron los plazos de desclasificación de archivos, se parte de la base de que los recursos son públicos y sólo por excepción reservados, se distingue claramente la inteligencia militar de la interna, y todo ello partiendo del cambio de paradigma que significa, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares del mundo, adaptar un tema tan delicado como la inteligencia a los protocolos internos e internacionales de la democracia y los derechos humanos.

Aquí hubo verdadera calidad institucional, como combinación entre la decisión política y los aportes que hicieron, sin modificar la mirada filosófica del proyecto original, uno muy superior.

La oposición, mientras tanto, hace una conferencia de prensa diciendo que va a rechazar el proyecto aún antes de que el mismo ingrese al Congreso. Es decir que clausuran el debate, y luego se oponen porque no tuvieron tiempo para debatir. En casos así, es lógico que los plazos los ponga el gobierno de acuerdo con sus necesidades políticas, nada menos que por ser éste el gobierno que se anima a transformar un organismo que había atravesado muchos gobiernos anteriores.

El proyecto de Ley que modifica sustancialmente el Sistema de Inteligencia es un hito más de todo el proceso de recuperación de la conducción estatal y soberana de diversas áreas de la vida nacional. Cuando se dice que llega tarde, digamos que hay dos maneras de afrontar el trascurso del tiempo. Una sería tirarse cómodamente sobre una hamaca paraguaya a contemplar las estrellas. La otra, es vivir transformando durante la gestión de gobierno. Recuperar el tejido productivo, recuperar la pertenencia y la identidad latinoamericanas, recuperar el manejo de la economía y de la deuda, recuperar los fondos previsionales, recuperar la aerolínea de bandera y la empresa de petróleo, recuperar el Banco Central, recuperar los ferrocarriles, y ahora recuperar la conducción política nada menos que de la Inteligencia.

Dos cuestiones finales, agradeciendo muchísimo la presencia de los Compañeros de La Cámpora y del Movimiento Evita. Les agradezco de verdad, porque me siento muy hermanado con todos ellos. A diferencia de otros momentos políticos, donde uno veía que tenía que estar uno mismo porque sino el proyecto se desnaturalizaba, en estos momentos el proyecto tiene un magnetismo, una capacidad de atracción, una intensidad tal, que más allá de los matices que existen en todos los órdenes de la vida, nos sentimos hermanos de todas las agrupaciones de Unidos y Organizados. De aquellas que expresan más cercanía con el temperamento y la fuerza de Cristina.

Y un último párrafo referido no sólo a la ciudad de La Plata, sino a las diversas estrategias locales. A una Presidenta que se enfrenta con el poder financiero internacional, que logra que Naciones Unidas esté discutiendo una convención para regular el capital financiero en base a un proyecto presentado por la Argentina, no le podemos anteponer una política vecinal por encima de la decisión nacional que ese gobierno tome en cada territorio.

Nunca tuvimos una visión vecinalista de la política, sino que cada territorio debe encontrarse dentro del marco del proyecto nacional. De lo contrario, se corre el riesgo de terminar sirviendo a cualquier proyecto de país con tal de mantener el territorio. Lo que sí me gustaría es ver en La Plata, como en todos los territorios del país, un gobierno que se plante frente a los poderes fácticos locales de la misma manera que lo hace Cristina  frente a los poderes fácticos nacionales e internacionales. Pero la decisión política estratégica la toma la conducción nacional.

Por último convocarnos a una movilización muy grande para el próximo 1° de marzo que no sólo contrapese a la marcha del próximo 18 de febrero en lo cuantitativo, sino en cuanto a su unidad, a su cohesión y a su organización.

La marcha del próximo 18 de febrero debe ser absolutamente pacífica, e incluso creo que no estaría mal que desde el propio gobierno se advierta con anticipación que no debe existir ningún acto de violencia que pueda ensuciarla. Ahora bien, que se garantice claramente el derecho de reunión y expresión, no quiere decir que debamos silenciar nuestra opinión, y es que quienes la amplifican y se aprovechan de la buena fe de mucha gente, tienen por objetivo la desestabilización.

Así que, Compañeras y Compañeros, disculpas si fui demasiado extenso y estoy dispuesto a seguir conversando con Uds., porque a veces es necesario intercambiar algunas miradas, sin pretensión de verdad, sin pretensión de síntesis, sino para reunir elementos que nos fortalezcan en la defensa de este proceso histórico que nos ha devuelto la esperanza, no sólo para nosotros, sino para la vida cotidiana de nuestros hijos. Tenemos el deber de dar esta batalla por la mayoría electoral, pero fundamentalmente para ampliar el bloque social que pueda sostener un proyecto histórico como éste. Muchísimas gracias.-