La primera cuestión es aclarar sobre un concepto que fue vertido reiteradamente por la oposición y es que en estos años no se avanzó en la idea de integración. Yo me pregunto con respecto a qué categoría de análisis se plantea el no avance de la integración, o respecto de qué tiempo histórico, con qué tiempo histórico comparan para ver si se avanzó o no se avanzó. ¿Para qué? Para poner en un contexto este proceso. Porque si no, comparamos los déficits de la integración actual con un óptimo que está en los manuales pero no en la construcción histórica de la integración.

Entonces me parece que habría que tomar, por ejemplo, la idea de calidad democrática y compararla con la de los años 80, cuando se inicia con una gran visión de largo plazo, con una gran visión estratégica de los presidentes Alfonsín y Sarney. Pero en ese mismo momento en Chile gobernaba Pinochet y en Paraguay gobernaba Stroessner. Entonces, hubo grandeza política en el planteo inicial pero había un contexto, y en términos de construcción de poder esa grandeza no impidió que después viniera la ola neoliberal en la Argentina y Collor de Mello en Brasil. Por lo tanto, aquel tampoco es un tiempo para decir "aquel era un mejor momento".

¿Cuál era un mejor momento?¿ El momento de Buccaram o Lino Gutiérrez en Ecuador, con el estallido económico-social? ¿Era el de Sánchez de Losada en Bolivia, que tenía paradójicamente la misma dificultad que tiene el actual presidente Evo Morales para hablar el español, pero no porque su idioma de origen fuera el de un pueblo originario sino que era el de las universidades anglosajonas que lo habían colonizado como a toda la clase dirigente de ese país? ¿El del Caracazo contra el segundo Carlos Andrés Pérez en Venezuela? ¿El de Fujimori en Perú? ¿Con qué tiempo histórico comparamos?

Otra categoría de análisis podría ser la de los indicadores económico sociales, y podríamos tomar ejes fundamentales como los déficit públicos, los niveles de endeudamiento. Otra categoría podría ser la calidad de vida de la población, tomando en cuenta el ingreso de millones de personas pobres a las clases medias de sus países. Entonces, Presidenta, si uno compara con el pasado de las décadas recientes en términos de calidad democrática yo me quedo con esta etapa donde la reunión de los presidentes de la región logró frenar los golpes de Estado y estabilizar los procesos populares y democráticos de la región. Y en términos de indicadores sociales también me quedo con esta etapa, donde hay reafirmación de mayorías electorales porque ratifican la voluntad popular de apoyar a esos gobiernos.

Y si hay un hito en la calidad de la integración es Noviembre de 2005 cuando la región estratégicamente decidió desacoplarse del desplome del capitalismo financiero internacional en unidad. Entonces, señora Presidenta, puede ser que haya algunos déficits institucionales. Puede ser que haya algunas escaramuzas comerciales transitorias. Pero esas no son las categorías fundamentales. La categoría fundamental es la felicidad de los pueblos. La categoría fundamental es la fase del sistema de poder mundial. Y desde ese punto de vista, desde la calidad de vida de los pueblos, desde la inclusión social y desde la capacidad de América Latina de incidir en la agenda internacional, no hay otro momento más avanzado de la integración regional. Porque por algo las políticas centrales de América Latina son apoyadas por agrupaciones que se van ensanchando como la CELAC, el G77+China, el G20, o como los BRICS a partir del respaldo que nos dan los países fundamentales a la situación financiera de nuestros países.

Entonces, ¿con relación a qué es que no se avanzó en materia de integración, señora Presidenta?

Segundo punto, y tomo palabras del diputado Larroque: así como hay dos proyectos de país, cada proyecto de país tributa a un determinado modelo de integración. Cuando la integración la hacen los mercados, ¿Qué necesidad tiene el poder para quejarse? Por eso no hay escaramuzas comerciales, porque la libertad de mercado y de empresa está garantizada, y los gobiernos de los 90 garantizaban una integración "sin conflicto" porque el eje de la integración estaba en los mercados y no en los pueblos.

La alianza de los gobiernos era con el poder económico y sometían al ajuste social a sus pueblos. Los años 2000, esta etapa, plantean otro modelo de integración, otro modelo de alianzas, donde los gobiernos populares hacen alianzas con sus pueblos y eso genera cierta conflictividad en los sectores comerciales. Pero esta conflictividad de los sectores comerciales es transitoria y lo que es permanente y real y lo que se debe consolidar es la alianza con los pueblos para proteger el empleo y proteger las industrias nacionales, porque no se puede ir hacia una supranacionalidad desde sectores productivos y tejidos sociales nacionales débiles.

Por eso no hay contradicción entre protección de determinados sectores industriales para proteger el trabajo y la alianza social, con la integración. Desde luego que hay sectores que le van a imprimir conflictividad desde los medios hegemónicos para crear un clima adverso a esa integración, pero esa es la integración en la que creemos. Yo no creo que eso implique una pérdida de calidad de la integración, al contrario. Es lo que mejora y da estabilidad en el tiempo y sostenibilidad social a la integración. No es la alianza del gobierno con los factores del mercado, sino del gobierno con los pueblos, aunque genere algunas conflictividades en los mercados.

El tercer punto, señora presidenta, son las contradicciones absolutas que tenemos con algunas miradas de la oposición. Voy a tratar de resumirlas. El concepto es "vayamos a un acuerdo general antes de fijar el día de la elección"; "construyamos la supranacionalidad antes de votar de manera directa en el Parlamento"; "démosle facultades legisferantes al Parlamento del Mercosur antes de darle legitimidad pública". Yo creo que es al revés, señora Presidenta.

Escuché al Presidente de uno de los bloques mayoritarios –ya lo había dicho en el plenario de comisiones- diciendo que le hubiera gustado ir a Paraná con la Presidenta junto con los bloques opositores a decirle a Brasil "¡este tiene que ser el día que nos pongamos de acuerdo para votar todos juntos en el Mercosur!". Señora presidenta: viven en un mundo de fantasía. ¿Quién puede imaginar que la Presidenta de Brasil va a atender el apoyo de un rejunte de bloques opositores que se destrozan a nivel de la política interna pero que coinciden en decirle que tiene que haber un día simbólico a una Presidenta que acaba de ganar por dos puntos nada más la elección presionada por los poderes económicos del Estado de San Pablo que, en dimensión, equivalen a los números de toda la república Argentina.

Señora Presidenta, la supranacionalidad no es una decisión superestructural, es una construcción política. Y si no se puede por el acuerdo político, como no se ha podido hasta ahora, lo que hay que hacer es conmoverla desde el hecho social, por la expresión de la voluntad popular para exigirle a los otros países que sigan el mismo camino.

El último punto, Presidenta. Claro que hubiera sido preferible -y aquí marco otra contradicción de un diputado que planteaba "cuánta grandeza hubo en otros momentos y cuánta mezquindad en esta discusión pequeña"-. ¿Sabe cuál fue el párrafo siguiente? Que este proyecto tiene el objetivo de darle fueros para que se refugien los funcionarios de este gobierno. El que denunciaba la discusión mezquina en lugar de hacerlo con grandeza…

¡Pero claro que a todos nos hubiera gustado la grandeza! Por ejemplo: legislar sobre una integración en política de medicamentos. Por ejemplo: legislar para que cuando un obrero de una fábrica de una firma multinacional pasa de un país a otro, tenga automáticamente sus aportes al día, y su hijo pueda estudiar en la misma escuela, con su mismo nivel y en un mismo idioma. Que un estudiante se pase de una Universidad a otra con las mismas incumbencias. Que podamos pasar de un país a otro como pasamos de una provincia a otra en nuestros países.

¡Mire si tiene cosas para legislar el Parlamento del Mercosur!¡Mire si no sería de mucha más grandeza discutir esos ejes de integración que discutir las mezquindades por las cuales se oponen aquellos que dicen estar de acuerdo en lo conceptual!

Señora Presidenta: toda esa legislación es cierto que está pendiente para mejorar la institucionalidad del Mercosur. Pero se va a hacer de mucha más calidad con un Parlamento popular que con el Parlamento de representación indirecta que tenemos. Muchas Gracias.