La Secretaría de Posgrado de la Facultad de Periodismo de la UNLP acerca la propuesta del Seminario Política Internacional y Periodismo, que coordinan los doctores Carlos Ciappina y Carlos Raimundi. La propuesta es generar un espacio de conocimiento, intercambio, formación política y debate sobre la actual situación económico, social, cultural y política de Argentina y América Latina y el mundo desde una mirada articuladora de los procesos globales.

Derecho Político

Marxismo. Parte II

 

La dialéctica sufre un corte muy fuerte con Hegel. En Platón era diálogo, con Hegel es confrontación, tesis-antítesis. Viéndola desde esa perspectiva, Francis Fukuyama, un analista de origen japonés que fue asesor de Ronald Reagan, escribe un ensayo muy famoso en aquel momento, calificando la caída del Muro de Berlín como El fin de la historia y la muerte de las ideologías. Lo que Fukuyama quería decir es que, ante la confrontación principal (tesis-antítesis) entre el capitalismo y el socialismo, al sucumbir uno de sus términos, la historia había llegado a su fin en términos de la dialéctica de Hegel. E incluso en términos de la dialéctica marxista, desde el momento que una de las clases (de la lucha de clases) prevalece sobre la otra. Al terminar la dialéctica, se terminó la historia. No la historia entendida como concatenación de acontecimientos humanos y sociales, sino como categoría de la dialéctica. Es así que Fukuyama concluye: “no hay más confrontación entre opuestos (que es la base de la dialéctica), el mundo entero asumió la democracia política con economía de mercado, ya no hay más confrontación”.

 

A partir de ello habrá que analizar si ese razonamiento era correcto, y si desde ese momento en adelante es cierto que no hubo más confrontación,

Derecho Político

Marxismo Parte I

 

En esta primera parte vamos a ver el marxismo desde el punto de vista teórico, y a ubicarlo brevemente en un contexto histórico.

El manifiesto comunista

 

En Francia, como paso previo a la Revolución Francesa de 1789, ya se venía gestando un clima social complejo, sumado a la influencia en las ideas políticas provenientes de dos grandes pensadores que definen de alguna manera la política francesa del siglo XVIII que eran Montesquieu y Rousseau. Rousseau, desde la teoría contractualista, plantea que la soberanía del poder descansa en la Nación. La Asamblea General estaba conformada por los tres grandes ‘estados generales’, el clero, la nobleza y la burguesía (no confundamos esta acepción del vocablo ‘estado’ como parte de la estructura social de la época, con el concepto del ‘Estado moderno’ que hemos analizado). 

EL LEGADO DEL SIGLO XX

 

 

  1. La comunidad como tensión —y síntesis— entre seguridad y libertad
  2. Libertad: de jure y en los hechos
  3. La secesión de los triunfadores
  4. El gueto como referencia. Los globales y la seguridad
  5. La fractura cultural
  6. La “izquierda cultural” estadounidense
  7. Las comunidades virtuales
  8. La fluidez de las relaciones
  9. Comunidades artísticas y étnicas
  10. La batalla por la <identidad>
  11. El Estado-nación: entre la verdad y la ficción
  12. La cooptación cultural de la política y el Estado
  13. Ya no necesitan máscaras
  14. Esplendor y muerte del seguro social universal
  15. Ejércitos privados
  16. Espacio para el discernimiento
  17. El camino de la “integración”


EL LEGADO DEL SIGLO XX

 

 

En este trabajo me limito a relacionar entre sí los puntos salientes de algunas lecturas que creo nos ayudarían a comprender el sentido profundo de nuestro curso general de este año en el Instituto Hannah Arendt, titulado “Tiempo, dominio y libertad”.

Me guía la aspiración de reflexionar sobre el legado que el siglo XX nos deja en términos de valores, la evolución de los mismos, y a partir de ello rastrear algunos elementos para comprender mejor la dimensión de los interrogantes que se nos presentan de cara al siglo XXI.

INSTITUTO HANNAH ARENDT

EL LEGADO DEL SIGLO XX. Carlos Raimundi, 10 de abril de 2006-06-11

 

La clase de hoy versará sobre cuestiones menos filosóficas que la primera (a cargo de Elisa Carrió). Conociendo a la profesora que la impartió, estoy seguro de que ha tenido un nivel de profundidad que no deben esperar de la charla de esta tarde.

El tiempo que nos toca vivir está caracterizado por la incerteza. La sensación de incertidumbre, de oscuridad, es inherente a la condición humana. En todas las etapas históricas nos encontramos con que se tiene miedo a lo que se desconoce. Pero lo que caracteriza a nuestro tiempo es el miedo como situación permanente. No solamente al futuro, sino también al presente, miedo al día de mañana o a qué podrá sucedernos en los próximos treinta minutos. O tal vez no sea miedo, sino una sensación de no saber hacia dónde, no tener claridad respecto de  eso.

Y si bien no tengo la presuntuosidad de responder a ese interrogante, al menos trataremos de indagarnos juntos sobre ese ¿hacia adónde? Comenzando por indagarnos sobre cómo hemos llegado hasta donde estamos, poniendo como punto de referencia —en este caso— al siglo XX.

El tiempo cronológico no es absoluto sino relativo a la cantidad de acontecimientos que podamos incorporar a determinada medida de tiempo. Es por eso que el cerebro de un chico de 5 años de nuestros días está informado por la misma cantidad de datos que tenía Parménides, siendo que era un sabio de su tiempo. Es así que la evolución de la vida humana muestra que